Opinión

HOOLIGANS

Si como dice Alberto Olmos en su libro 'Ejército Enemigo' 'no se puede cambiar el mundo haciendo fiestas', tampoco se arregla viendo partidos de futbol. Cada vez que a algún asesor de imagen se le ocurre humanizar a los políticos el resto de los mortales bien podríamos echarnos a temblar. Vean sino al hooligan de David Cameron descamisado y con los brazos en alto después de que Drogba apuntillara al Bayern de Munich, mientras que Angela Merkel tenía la mirada clavada en el suelo. Por lo que nos toca, hubiera sido mejor ver a Hollande corriendo por el césped de Camp David después de haberle metido a Merkel el gol del crecimiento, a pase de Obama.

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