Opinión

Joe Biden, una de cal y otra de arena

Joe Biden no ha salido bien parado de las elecciones que se han celebrado estos días en diversos lugares de Estados Unidos.

Virginia debía elegir un nuevo gobernador, y Nueva York un nuevo alcalde. El varapalo para el presidente y para el Partido Demócrata lo recibió en el Estado de Virginia, donde el candidato a gobernador, el republicano Glenn Youngkin, logró vencer al candidato demócrata. Por solo 2 puntos, pero se ha convertido en el nuevo gobernador, y todos loa analistas coinciden en un mismo diagnóstico: las elecciones eran un plebiscito sobre el primer año presidencial de Biden, y el resultado ha sido crítico con la gestión de la nueva administración americana y sobre todo con el presidente, cuya figura no acaba de cuajar, con decisiones polémicas y con una imagen creciente de persona a la que le pesan los años. Youngkin además tuvo la inteligencia de marcar distancias con el trumpismo a pesar de ser el candidato republicano.

La otra cara de la moneda se vivió en Nueva York, donde ha arrasado el candidato demócrata Eric Adams, nuevo alcalde de la ciudad más emblemática de Estados Unidos, que ha sucedido a Bill de Blasi, también demócrata, y que sufrió un fuerte desgaste por la gestión de la pandemia. Adams ha sido jefe de la Policía de Nueva York, senador y actualmente presidente de Brooklyn, que ha vivido un despegue espectacular en los últimos años, precisamente cuando Adams era el presidente del distrito.

Eric Adams es negro –el segundo alcalde negro de la ciudad- carismático, que se ha empeñado en la lucha contra la violencia ciudadana tanto en su etapa de policía como en la política. Cuando era policía creó un sindicato muy activo en la lucha contra el racismo y contra toda clase de violencia, y la palabra “seguridad” ha sido la más pronunciada durante su campaña.

Para Biden y para el Partido Demócrata estas elecciones han sido preocupantes. Dentro de un año se celebran las del Midterm, en las que se eligen los miembros de la Cámara de Representantes, un tercio de senadores, y 34 de los 50 gobernadores. En esas elecciones se miden cuáles de ellos mantienen el respaldo de los electores y cuáles pierden el cargo.

Trump está en plena campaña para intentar que en el Midterm se produzca un cambio de mayorías en las Cámaras. Dirigentes republicanos pensaban que el asalto al Capitolio ponía fin a la carrera política de Trump, pero él no pierde la menor ocasión para recordar a sus múltiples seguidores que está bien vivo y pretende ser nuevamente presidente.

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