Aquilino Valencia continuará siendo alcalde debido a la ausencia de los cinco tránsfugas

La multitudinaria moción de censura de Calvos de Randín se salda con un cruce de denuncias por agresión

Manuel Andrade, Antonio Rodríguez y Sandra Rodríguez, tres de los firmantes de la moción, acudieron con un notario al Concello.  (Foto: Rosa Veiga)
El pleno extraordinario pedido en Calvos de Randín por cinco ediles tránsfugas se celebró sin la asistencia de éstos y con 200 personas ocupando el edificio, y se saldó con un intercambio de denuncias por agresión, tras lo que Aquilino Valencia, del PSOE, sigue siendo alcalde.
El pleno estaba previsto para las doce, pero ya a las diez los cinco ediles tránsfugas, cuatro que se dieron de baja en el PP y uno del PSOE, intentaron entrar en el Ayuntamiento acompañados por doce personas que les protegían.

En ese momento, políticos socialistas de toda la provincia, vecinos y estas personas de seguridad se enfrentaron con golpes y lanzamientos de huevos, según los testimonios recogidos por Efe.

Tras los incidentes, los concejales tránsfugas esperaron en el patio del cuartel de la Guardia Civil la llegada de un notario y de la hora prevista para la celebración del pleno.

La portavoz del grupo de no adscritos, Sandra Rodríguez, explicó que los incidentes serán denunciados y acompañados por las imágenes de vídeo grabadas por ellos mismos.

‘Ahí se ve que los agredidos somos nosotros a pesar de que nos acompañaba un grupo de hombres grandes -en alusión a los escoltasque son amigos míos y vinieron a ayudarnos porque ninguna empresa de seguridad aceptó venir hoy’.

Explicó también que denunciarán tanto las agresiones con huevos como la inoperancia del subdelegado del Gobierno, Camilo Campo, al que consideran ‘culpable’ del enfrentamiento pues, alegó, le pidieron ‘en varias ocasiones y hoy mismo que enviase a agentes de la Guardia Civil para proteger nuestra entrada al Ayuntamiento pero su respuesta fue que pongamos una denuncia’.

En ese sentido, el padre de la portavoz, actual concejal y ex alcalde del PP Antonio Rodríguez, añadió que reclamarán la dimisión del subdelegado ‘porque está compinchado con el alcalde’.

También denunciarán al alcalde Aquilino Valencia, del PSOE, por prevaricación y por permitir que muchos vecinos pasasen la noche en el Ayuntamiento, y estudiarán lo ocurrido hoy para reclamar la celebración de otro pleno en un lugar con la seguridad garantizada y debatir la moción de censura, si constatan que la fue ilegal.

Por su parte, uno de los coordinadores socialistas en la provincia Eladio Osorio Montenegro mostró heridas causadas en el labio y en el costado presuntamente por los ‘guardaespaldas’ de los tránsfugas y dijo que denunciará lo ocurrido.

‘Llegaron los cinco al Ayuntamiento rodeados por una docena de matones que son una prueba más de que el presidente del PPdeG en Ourense, José Luis Baltar, está detrás de esto ya que conozco a uno de ellos y es policía municipal de Celanova y músico en la Big-Band de la Diputación, y se dedicaron a dar codazos y golpes en la zona del hígado y genitales’, detalló Osorio Montenegro.

Minutos antes de las 12:00 los cinco ediles que registraron la moción de censura se acercaron por segunda vez al Ayuntamiento acompañados por un notario de Celanova, con la intención de que diera fe de que no pudieron entrar en el edificio para asistir al pleno extraordinario pedido por ellos.

Sandra Rodríguez justificó la presencia del notario ‘porque de una forma u otra llevaremos adelante la moción de censura’, explicó mientras los vecinos y cargos del PSOE gritaban ‘Cobardes, ¿dónde está Baltar?, fuera, fuera’ y ‘Andrade, traidor’.

Casi dos horas después, los ediles tránsfugas se alejaron del Ayuntamiento y el alcalde Aquilino Valencia salió del edificio aclamado y precedido por los participantes que dejaron la casa consistorial con él, acompañado de su esposa.

Valencia dijo que el pleno se celebró y que los firmantes de la moción de censura ‘no quisieron llegar a la sala de plenos porque vinieron con guardaespaldas que repartieron leña entre los vecinos y después no quisieron arriesgarse a entrar porque había mucha gente, la misma que me dificultó a mí la salida del edificio’, agregó.

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