Los sucesivos socavones y las grietas que se formaron a lo largo de la autovía Rías Baixas, a su paso por la provincia, obligan a las brigadas de las dos empresas que se encargan de su conservación a cortar prácticamente a diario uno de los carriles para realizar un bacheado, lo que provoca retenciones de vehículos.
Los operarios, tras cortar el carril, tapan los agujeros esparciendo alquitrán y presionándolo con una pala, lo que provoca irregularidades en el firme. El Ministerio de Fomento no tiene previsto pavimentar todo el trazado hasta el 2012 y las únicas obras prevista este año son una mejora de la capa de rodadura del vial entre la ciudad y Ribadavia. En el resto continuará el bacheado.
