Un domingo Corredoiro en Xinzo que podría definirse con tan sólo una palabra: Respeto. Respeto por la tradición, pero también por la situación.
Nadie este domingo en la praza Maior recordaba haber vivido algo similar: un Corredoiro sin Pantallas, sin sus bailes, sin sus idas y venidas a los "bares dos viños" para cobrar el "impuesto" a los que osaban acudir a la fiesta sin disfraz: una ronda para todas. Ayer domingo tenía que haber sido su día, el día para adueñarse de las calles de la villa e inundarlas de alegría y color. "Na miña vida vin esto!", lamentaba Hipólito Nocelo, vecino de Xinzo, que ayer tenía que conformarse con un café a la lluvia en la praza Maior. "Nin podes tomar un viño un día de carnaval! Éche triste!" "Estamos todos igual. Teño 54 anos e na miña vida acordo un día, dos que tocaran Entroido, así", incidía Manuel Rivero, limiano y uno de los que siempre se enfunda el traje de Pantalla. Sin embargo, este año no tocaba: "Non estiven en ningún momento tentado a poñelo. Gústame moito, son Pantalla, e teño o sentimento de toda a vida, dende pequeno, pero hai que ter cabeza. Este ano ten que primar a saúde", aseguraba Manuel. De la misma opinión era Pilar Pereira: "hai que cumprir as normas, porque a enfermidade é peor. O Entroido é moi bo para Xinzo, para a economía. Lamento o tema dos negocios, porque para eles esto é unha ruina, pero cando non se pode, non se pode".
Darle la vuelta a una situación triste siempre es posible cuando se opta por el humor y el cariño a una tradición tan arraigada. Faltó el color, la "troula". Faltaron las Pantallas. Pero hubo algo que ayudó a sentir su presencia como todos los años: su característico sonido. A media mañana de este domingo, los limianos, desde sus balcones, agitaron las campanillas de los cinturones que completan el traje del emblema "entroideiro" por excelencia en Xinzo, un momento emocionante para todos. "Fixémolo en sinal de sentimento", explicaba Manuel Rivero. "Esperemos que o ano que vén poidamos celebrar mellor o Entroido e, se pode ser dúas veces, mellor", añadía entre risas.
Las risas, precisamente, no faltaron en la praza Maior, en donde el vacío dejado por el meco -un golpe de viento lo descolgó de su poste en la madrugada del sábado y su ausencia generó revuelo y "retranca" a partes iguales- dio paso a un pequeño altar improvisado encabezado por un bando de buenas prácticas en tiempos de pandemia y unas "ofrendas" típicas de la tierra y del Entroido limiano: patatas, Estrella Galicia, filloas, y "cachucha".
La Comisión y la Asociación A Pantalla volvieron a contribuir a mantener viva la tradición difundiendo un vídeo en las redes sociales bajo el lema "Eu son Pantalla". En él vecinos y vecinas de Xinzo de todas las edades exhibieron desde sus casas el emblema de su fiesta.
