A Uceira, fiel al milagroso

PHOTO-2021-07-11-16-26-22 (1)
photo_camera Los fieles escuchan misa en A Uceira, a la sombra de los carballos. (Foto: J.J. Cid)
Los sandianeses profesaron su devoción a San Benito por segunda vez en este año. La ermita que lleva su nombre en el monte de A Uceira congregó a centenares de religiosos que aprovecharon para pedir favores al santo “milagreiro”.

Sandiás es uno de los puntos de la provincia que más devoción profesa a San Benito cada segundo fin de semana del mes de julio. Centenares de fieles -se estima que en torno a unas 200 personas en cada celebración- no faltaron a las tres misas que, a lo largo de toda la mañana de ayer domingo -10,00 horas, 11,00 horas y 12,00 horas-, tuvieron lugar en el monte de A Uceira. Fueron devotos llegados de todo el concello sandianés, pero también del resto de la comarca de A Limia -en tiempos era habitual, incluso, hacer una peregrinación desde la capital antelana y dedicársela al santo- los que se dieron cita en torno a la capilla.

El sol que apretó desde primera hora de la mañana fue sofocado por la “carballeira” que hace de este punto, ubicado a unos pocos kilómetros del centro de Sandiás, un enclave único y lleno de encanto. Y es que cada vez son más los religiosos que quieren celebrar allí alguno de los sacramentos cristianos. Este pequeño templo centra una temporada de cultos que comienza con la otra celebración de San Benito, en marzo, y que llega hasta que cambia la hora en octubre. En este periodo hay misas todos los sábados, a las 19,00 horas. 

El santo ocupó un pequeño pedestal para protagonizar en el exterior -y evitar así una gran aglomeración dentro del templo- las eucaristías y las peticiones de los religiosos que, año tras año, no faltan a su cita para honrarle. Se trata del día de “San Bieito da Uceira” o la también conocida como “A romería de xeitura”, ya que la celebración coincide con la temporada de siega de cereal y de trigo. 

La eucaristía celebrada a las 11,00 horas fue la que logró congregar a un mayor número de asistentes en las inmediaciones de la particular ermita, que lleva el nombre del santo. El párroco de Sandiás, Manuel Fernández Vidal, fue el encargado de acercar a los oyentes la palabra de Dios. En todo momento, los fieles trataron de mantener las distancias de seguridad a las que obliga la pandemia del covid. Muchos se animaron, con cautela, a cumplir con una de las tradiciones más importantes de la efeméride: pasar un pañuelo por la imagen del santo y convertirlo en “bendito” para curar los males. 

MENOS COMENSALES

A pesar de que la situación derivada de la pandemia no impidió la celebración religiosa del San Benito de A Uceira, sí influyó en otras actividades que no pudieron tener lugar como todos los años. En este sentido, no se vendieron cirios o “souvenirs”. Tampoco fueron demasiados los que se animaron a comer en el entorno, otra de las tradiciones, aunque algún grupo aprovechó para degustar el “picnic” al aire libre.

Te puede interesar