El Grupo de Emergencias Supramunicipal de Maceda sopla su primera vela con más de 200 intervenciones a lo largo de los últimos 365 días. Su plantilla, conformada por 12 bomberos -se reparten en grupos de dos y tres efectivos para dar un servicio 24/7-, es una gran familia, y es que antes de ser GES fueron -y siguen siendo-, durante varias décadas, Protección Civil.
Aunque la mayoría del cuerpo es natural de la localidad macedana, cuenta con integrantes de Celanova, Ourense, Monforte de Lemos o Bueu. La agrupación cubre, sin perjuicio de otros lugares en los que sea necesaria su presencia, los concellos de Maceda, Baños de Molgas, Paderne de Allariz, Esgos, Xunqueira de Espadanedo, Xunqueira de Ambía y Vilar de Barrio.
En el parque de Maceda, próximo a todos los servicios de la localidad, se respira buen ambiente, compañerismo y vocación por el cuidado a los vecinos. Según explica Emilio Aguete, jefe de servicio, ese es el verdadero objetivo del GES de Maceda: Proteger la Galicia más rural, marcada por la dispersión poblacional. “Convertirnos en GES fue culminación a un trabajo duro realizado aquí en Maceda desde Protección Civil. El alcalde y el concejal de Seguridad se esforzaron mucho para que Xunta y Diputación concediesen y subvencionasen este servicio para la zona”, asegura Aguete. Esto implicó la formación de los bomberos, que tuvieron que superar pruebas teóricas y prácticas -pasaron de ser voluntarios de Protección Civil a personal del Concello, con el consiguiente reconocimiento laboral y salarial- y mejor dotación para el parque: cuenta con cocina y sala de estar, así como con vehículos especializados o una bomba forestal.
En este último año, los bomberos macedanos han intervenido en incendios urbanos, rescates o accidentes de tráfico. “También tuvimos salidas fuera de nuestra demarcación, por ejemplo, para participar en la extinción de los incendios de la zona de Valdeorras”, precisa el jefe de servicio, quien reconoce que una de las situaciones que más le impactó durante todo este tiempo coincidió con una de las primeras salidas del grupo como GES: “Cuando nos llamó el 112 y nos dijo que ardía el Santuario de Os Milagros… Pues fue impactante”, señala. “Lo más duro son los accidentes mortales”, añade. José Antonio Blanco, que lleva 27 años en Protección Civil de Maceda y ahora es también bombero, no puede evitar acordarse del octogenario de Molgas atrapado en su tractor más de 13 horas: “A xente maior ten un don de ser, impresionante!” José Manuel Fernández, voluntario de Protección Civil desde el 97 y bombero, desea soplar muchas más velas con el GES: “Cada intervención es diferente. Aquí aprendes diariamente. Ojalá sigamos muchos años: para esto estudiamos y nos preparamos”.
