La praza de abastos de Allariz se convirtió en una improvisada juguetería con el Mercadiño do Troco

Los niños recuperan el trueque

Los más pequeños aprovecharon la jornada dominical para participar en el Mercadiño de Troco. (Foto: Martiño Pinal)
Intercambio de coches eléctricos, peluches, muñecas, cuentos, maquinas elecrónicas, relojes o pelotas. La Praza de Abastos de Allariz recuperó ayer su carácter comercial durante la celebración del ‘Mercadiño de Troco’.
Una veintena de niños alaricanos participó ayer en el Mercadiño de Troco que organizaban las asociaciones ANDREA y ‘Encomún. Banco do Tempo de Allariz’, en colaboración con el Concello. ‘A idea é celebrar un mercado mensual, no cal os rapaces creen un hábito de intercambio, de compartir os seus recursos e tamén de establecer contactos entre eles, porque en ocasións non se coñecen ao vivir en pobos diferentes ou porque teñen diferentes idades’, explicaba Analía Moares, miembro del Banco de Tiempo de Allariz (grupo que usa el tiempo como moneda para el intercambio de servicios o tareas), quien recordaba que ya hubo una experiencia pionera durante las ‘II Xornadas da Reserva da Biosfera’.

A las doce del mediodía, comenzaron a llegar los primeros niños dispuestos a intercambiar sus pertenencias. ‘No me costó mucho elegir los juguetes que iba a intercambiar’, reconocía Luis Pérez que, una hora después, se llevaba a casa un puzle, un coche teledirigido y un juego de mesa. Dependiendo del número de muñecos que trajesen, los niños podían elegir uno o más regalos; siendo uno de los más participativos el joven Víctor Pullido, que consiguió cinco nuevos lotes de juguetes. ‘Bueno, salgo contento con el cambio’, aseguraba mientras que enseñaba sus nuevas pertenencias a sus padres. ‘É un día especial, porque para os nenos o importante é o feito de ter un xoguete diferente, non si está novo ou non’, aseguraba Analía Moares.

Entre el tiempo en el que se realizan los depósitos de lo que se desea cambiar y el intercam bio mediante un sistema rotatorio de turnos, los niños participaron en diversos juegos cooperativos y educativos. Aunque también aprovecharon para elegir su preferido. ‘El que más me gusta es este gatito’, aseguraba Nerea Fernández, quien no dudó un instante en elegir su nuevo juguete. Para ella, como sus padres, ‘esta es una forma de pasar un rato divertido y más con el día que hace. Y, a la vez, renovamos los juguetes’, confesaba su progenitora, Carmen López.


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