Conocer el mundo castrexo, la iconografía religiosa o la vida de los canteros del siglo XII a través de Santa Mariña de Augas Santas fue el objetivo cumplido de las jornadas sobre el estudio de esta parroquia alaricana celebradas ayer en A Barreira.
Vecinos de Santa Mariña de Augas Santas y estudiosos de esta enigmática parroquia alaricana llegados desde diferentes puntos de la comunidad, tomaron ayer el Fogar dos Maiores en las sextas Xornadas de Estudos sobre Santa Mariña de Augas Santas. "Detrás de Santa Mariña subyace la cultura de occidente. Santa Mariña es una ventana para conocer la historia, el arte, la fe o las tradiciones de occidente", resumía José Ramón Seara, presidente de la Asociación de Estudos de Santa Mariña que organiza un encuentro anual donde "intentamos traer ponencias que abarquen distintas perspectivas".
Los orígenes castrexos de una comunidad que llegó a ser "capital" en época romana y cuyos restos son hoy objeto de investigación y atractivo turístico municipal, abrieron las jornadas de la mano del arqueólogo David Pérez.
Al relato sobre las diferentes campañas de excavaciones, así como los hallazgos allí producidos, le sucedió el doctor Xabier Limia de Gardón que realizó una pormenorizada disertación sobre la iconografía religiosa y la riqueza retablística del templo parroquial. Limia de Gardón aprovechó su intervención para hacer un llamamiento a feligreses y autoridades, "para cuidar el patrimonio, quitar el polvo y que nuestros retablos luzcan igual que los de la Capilla Sixtina", así como sugerir, aprovechando la pausa para el café, la creación de un museo eclesiástico comarcal donde guardar y promocionar la amplia riqueza local.
El arquitecto y catedrático de la Universidade da Coruña José Ramón Soraluce Blond, fue el encargado de clausurar las jornadas poniéndose en el papel de los canteros que, entre los siglos XII y XIII, erigieron la iglesia de Santa Mariña. "A través de las huellas que dejaron en la piedra podemos descubrir unas personalidades desconocidas y deducir algo de su vida y sus conocimientos", dijo sobre las cuadrillas gallegas que durante 50 años ininterrumpidamente sacaron adelante una obra "ambiciosa" para la época.
