La textil alaricana exporta un 20% y prevé llegar a 10 países

La empresa proyecta su propia red de tiendas, con tres aperturas en Galicia antes del verano .

"En esta empresa prácticamente ha trabajado algún miembro de todas las familias del pueblo". Esta es uno de las muchos compromisos de identidad local que formula Leonor Rodríguez Domínguez, adjunta a la gerencia de Miguel de Luna, una compañía textil ubicada en Allariz y que fue fundada hace cuarenta años. Cuatro décadas dan para mucho en una empresa: para crecer, para modular el crecimiento, incluso para parar o decrecer. "Estoy cansada de hablar de la crisis, soy más partidaria de mirar hacia adelante, hacer cosas". Esta es otra de las declaraciones de principios de esta directiva de la firma alaricana que también ha percibido la dureza de la contracción del consumo. Prefiere proclamar que "con inteligencia, ilusión y ganas se puede salir adelante".


La marca Miguel de Luna nace como un pequeño taller de confección que acabó dimensionándose de forma espectacular hace veinte años hasta llegar a los 200 empleados en su momento álgido, aunque en la actualidad la plantilla está en torno a los 60 trabajadores. Indica Leonor Rodríguez que el crecimiento se produjo "para darle valor" a aquel taller y porque de no ser por la expansión "la empresa se quedaba".


¿Y por qué Miguel de Luna? Los dueños de la empresa han tenido que explicar hasta la saciedad que "ese es un nombre ficticio" que proviene de los comienzos, de la comercialización de prendas masculinas para el mercado mexicano y ahí se quedó. En un principio confeccionaban ropa para hombre, pero luego hicieron el giro hacia la moda de mujer, "aunque tenemos en mente volver a producir para el hombre", aclara la adjunta a la gerencia.

CALIDAD
La fábrica ocupa hoy una superficie de 8.000 metros cuadrados en el parque empresarial de Chorente de donde sale el diseño, los patrones y parte de la producción. Su especialidad son las prendas de fiesta y las de abrigo, "apostando por la calidad, por unos tejidos que por precio ya no utilizan otras empresas del sector". Apuestan por un factor diferencial en el producto porque, como subraya Leonor Rodríguez, "pretender hacer lo que hace todo el mundo es una muerte segura".


Han apostado también por abrir otros mercados y la etiqueta de Miguel de Luna puede verse en Portugal, Francia, Rusia, México, Irlanda y están explorando el mercado japonés. Según los datos de la firma, un 20% de la producción se exporta "y seguimos creciendo", avanza su portavoz, que prevé extender las ventas a diez países. La red comercial se completa con la presencia en unas 60 tiendas multimarca y planifican a medio plazo abrir sus propios puntos de venta, de los que los tres primeros en Galicia podrían ser una realidad antes del verano.


Entre los proyectos en cartera está también una línea de moda sport a precio más bajo con el fin de captar otro tipo de público. Todos estos anhelos forman parte de un "optimismo inteligente" que pretenden aplicar a las decisiones empresariales, pensando en fortalecer las ventas en el exterior, sin descuidar el mercando interior porque ven "una lenta mejoría", según Leonor, que también nota como "la gente también está ya cansada de la crisis" y desea hace acopio de síntomas de que el ciclo económico tiende a cambiar.


Miguel de Luna ha llegado también a Internet y desde hace un año venden a través de su tienda en la red. Su estrategia en este sector pasa por medir bien los pasos para no generar clientes insatisfechos. Como dice esta ejecutiva de la empresa alaricana "tratamos de vender cosas que luego no le causen sorpresas al cliente" porque no es lo mismo vender por Internet o libro o un perfume que una prenda que no se ha probado. 

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