Bande da una nueva vida a los libros leídos

Los locales sociales del Ribeiro, Calvos, Corbelle, Santa Comba y Vilar, en Bande, han recibido este invierno una donación muy especial. Mobiliario y libros infantiles y juveniles para crear nuevos espacios para el fomento de la lectura en las parroquias. La iniciativa, liderada y coordinada desde la biblioteca pública Bandua, persigue dar nueva vida a esos libros que ya no tienen tanta salida en las instalaciones municipales, pero que en las parroquias viven una segunda oportunidad. “Cada año hacemos un expurgo y, esos libros que vamos retirando, hablamos con los vecinos y buscamos de darle un segundo uso en los locales sociales”, confirmaba Laura Escudero, responsable de la biblioteca sobre un proyecto que nación en la pandemia y que ahora se ha reactivado con el reparto de alrededor de 250 volúmenes entre los cinco locales. “Según nos han traslado los encargados, los libros tienen salida. Por eso continuamos con el proyecto, ampliándolo a la sección de infantil y juvenil”, matizaba Escudero. Desde O Ribeiro, Sergio López Rodríguez, vecino y portavoz de la asociación de vecinos, valoraba positivamente la propuesta. “Paréceme moi ben, é unha oportunidade para nós, para poñer todo isto en valor, e tamén para os libros, que seguen utilizándose”, comentaba en un recorrido por las recientemente renovadas instalaciones vecinales. “Era un edificio vello que arranxamos con subvencións e agora queremos seguir na parte de arriba, e destinala a biblioteca, para que os nenos e tamén as persoas maiores, poidan acudir a ler, poñer algún sofá… Temos que facer cousas para que a xente veña ao pobo e que se atope a gusto aquí”, resaltaba el pedáneo del pueblo donde residen unos 30 vecinos, la mayoría personas mayores, “aínda que hai algún neno”, matizaba. La creación de estos espacios persigue impulsar la cultura en el rural y fomentar el hábito de la lectura. Cada local social, comentaba la bibliotecaria, dispone ya de una media de 500 ejemplares que se autogestionan desde el espacio social. “Nosotros les facilitamos un listado y un número de registro, pero son libros de expurgo, que damos de baja en el sistema”, explicaba Escudero, quien comentaba hay ejemplares que proceden de donaciones de particulares. Una segunda vida también para el mobiliario escolar, fruto de otra donación. A pesar de la buena acogida de estas secciones rurales, la actividad y el servicio de préstamo sigue en auge en la biblioteca pública, que recientemente completaba su proceso de acondicionamiento y mejora. “No hemos notado que venga menos gente, porque siempre quieren alguna última novedad para leer. Pero si que es verdad que algún usuario comenta que ya no lleva ya no lleva tantos libros, porque luego coge alguno de los locales sociales, y como allí no tiene plazo para la devolución”, dijo Escudero.