Comuneros del Xurés dividen el monte para frenar el fuego

Romper el monocultivo de especies pirófitas, como el pino y el matorral, y apostar por la recuperación del bosque autóctono de frondosas, intercaladas con pastizales, es la reivindicación y el “leitmotiv” de los comuneros de Riocaldo, en el corazón del Xurés, en Lobios. Los propietarios de este monte, que representa el 14,65% del espacio natural protegido (4.300 de las del 29.345 hectáreas) en una de sus áreas de mayor valor ecológico, se sumaron ayer a los voluntarios de la jornada de reforestación participativa organizada por la asociación ecologista Adega dentro del “Proxecto Ríos” y en la que también colaboraron la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y el Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés. “Sumámonos a esta iniciativa porque vai en sintonía co noso obxectivo de recuperación de zonas queimadas, especialmente en ríos e vaguadas con vexetación de ribeira”, reconocía Pepe Yáñez, uno de los comuneros presente en las labores de reforestación y también en la evaluación sobre el terreno que realizaron los participantes sobre el estado ecológico del río Vilameá y también de las consecuencias sobre la calidad de las aguas, las comunidades acuáticas y las modificaciones en los usos tras el gran incendio de 2020. Hace años que esta comunidad de montes trabaja de forma activa y decidida por un cambio real en la conservación y aprovechamiento de su comunal, que lleva casi miedo siglo supeditado a la gestión pública a través de diferentes convenios y figuras de protección. De las 4.300 hectáreas que confirman el comunal, un millar han ardido en los últimos tres años. Unas 600 hectáreas son zonas de pino maderero que, con los trabajos correspondientes, se irán regenerando por sí solas, centrándose la comunidad en la ordenación y diversificación de las hectáreas restantes. “Sabemos que vai a arder, pero nós temos que intervir no monte, fragmentalo”, insisten con la creencia y la meta puesta en que eso ayudará a minimizar los daños en caso de que llegue el fuego. Para ello y, más allá de las labores de desbroce y poda periódicas en los últimos santuarios naturales que conserva en O Castro, O Curro, As Cabaniñas, Corga Fea, Corga do Uchado, Corga da Auga do Touro o Negrelas, están llevando a cabo nuevas plantaciones de castaños que suman 40 hectáreas y están a la espera de una nueva reunión con la Dirección xeral de Gandeiria, para crear un pastizal por encima de los pueblos de Torneiros, Bubaces y Padrendo que, además de recuperar la actividad ganadera, serviría de cortafuegos. LAS CIFRAS | LA COMUNIDAD 4.300 Hectáreas conforman la comunidad de montes de Río Caldo, el 14,65% de la superficie del Parque do Xurés, en una de las zonas de mayor valor ecológico. 1.000 Hectáreas han ardido en este comunal en los últimos años, afectando a las sierras de Santa Eufemia y Xurés. 2017 Presentaron un plan antiincendios con las comunidades de Lobios y Manín. 32.900 Euros es el presupuesto de la excavación de la “mutatio” de As Mouruás promovida por los comuneros y con una subvención del GDR-10 Limia-Arnoia. TURISMO En un futuro a corto plazo prevén llevar a cabo un plan más ambicioso para recuperar las sierras de Santa Eufemia y el Xurés con la colaboración de las administraciones, y también crear un corredor verde, un bosque autóctono, en el cauce del río Caldo por donde confluye la calzada romana Vía Nova que comunicaba Braga y Astorga. “Estamos nunha zona de gran valor ambiental e tamén cultural, un museo ao aire libre que temos que coidar e promocionar”, señalaba Yáñez, a quien, en pleno xacobeo no se le escapa que este itinerario marcado por los romanos ha sido y es paso obligado para los peregrinos portugueses que quieren llegar a Compostela por el interior. Para aumentar el atractivo que ya de por sí tiene la zona, con tramos de calzada originales, la mansión Aquis Originis y un conjunto de miliarios, los comuneros le añadían en primavera los restos de la “mutatio” o posada romana de As Mouruás.