El fenómeno Aceredo suma a los vendedores ambulantes

Colas y miles de visitantes colapsan estos días el vial de acceso al pueblo surgido de las aguas

El fenómeno Aceredo se prolonga en el tiempo desde el pasado mes de septiembre, en que comenzaba el peregrinaje de miles de personas para ver el resurgir de este pueblo anegado por las aguas del embalse de Lindoso. Los visitantes no solo proceden de toda Galicia y Portugal sino también de otros lugares de España atraídos por la magia de esta aldea fantasma.

Tanto es así, que también se han sumado algunos ambulantes como si de una romería se tratase, ofreciendo todo tipo de viandas, desde bocadillos y hamburguesas, además de helados, bebidas y hasta rosquillas típicas de las ferias portuguesas. De esta forma, hay quien opta por comer “in situ”, en el entorno del embalse, o también desplazándose a los pueblos del entorno y ocupando parques y jardines, tal y como confirmaba la alcaldesa de Lobios, Mari Carmen Yañez, quien aseguraba que cada fin de semana “non hai onde comer nin onde tomar un café, pero non só en Lobios, en todos os pobos da contorna e na parte portuguesa”.

Esta afluencia y el lleno de la restauración propicia la presencia de vehículos ambulantes a los que recurren muchos visitantes, permitiéndoles así pasar el día en este entorno natural y casi irreal después de que emergieran las construcciones de Aceredo. La alcaldesa de Lobios declara que en el Concello no tienen constancia de la presencia de estos vendedores y que en ningún caso se ha dado licencia desde el Concello, matizando que habría que comprobar cuales son los espacios en los que se instalan para saber de quién es la responsabilidad.

Riesgo

El flujo continuo de vehículos, sin ningún tipo de control de tráfico en el entorno, se complica con los vehículos estacionados a ambos lados de la calzada, invadiendo a lo largo de varios kilómetros parte de los carriles en ambos sentidos, y dificultando la circulación a los camiones procedentes del país vecino. Al mismo tiempo, numerosos grupos de peatones caminan por la calzada, generando una situación de enorme peligro. La regidora de Lobios al igual que el de Entrimo han dejado claro que es una carretera autonómica y que no es de su competencia controlar el tráfico, al igual que las ruinas de Aceredo, que son responsabilidad de la empresa eléctrica portuguesa EDP.

Romerías

El covid ha obligado a suspender las romerías, para evitar encuentros multitudinarios, pero en este caso, sin ningún tipo de control, la multitud campa a sus anchas, hasta el punto de bajar incluso con los coches hasta el mismo Aceredo, aún a riesgo de quedarse embarrancados. Los vendedores ambulantes se han unido a este fenómeno, para sorpresa de muchos, y parecen ir a más.

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