La vida política y personal de Plácido Álvarez Dobaño se divide entre su Muíños natal, de donde es alcalde desde 1995, y sus ocupaciones profesionales en Pereiro de Aguiar y políticas, en la ciudad de As Burgas
La vida política y personal de Plácido Álvarez Dobaño se divide entre su Muíños natal, de donde es alcalde desde 1995, y sus ocupaciones profesionales en Pereiro de Aguiar y políticas, en la ciudad de As Burgas. Una labor intensa por la que siente pasión, pero la que reconoce que le quita mucho tiempo para estar con la familia y los amigos.
¿Cómo hace para compaginar tanta actividad?
Yo mismo me sorprendo, pero no tiene más secreto que el sacar tiempo de la familia, que es la más sacrificada en todo, y los amigos. A veces me recriminan por mi falta de tiempo para ir a cenar, pero es el resultado de andar en tantos frentes.
¿Y hasta cuándo mantendrá este ritmo?
En mi pensamiento está en que uno, llegado un momento, debe apartarse y dejar paso a los jóvenes. En estas últimas elecciones locales hemos hecho una renovación importante para que entre gente joven con ganas de trabajar, para que se vaya rondando y dar responsabilidades. Pero ahora mismo no es el momento para decir si continuaré o no.
Después de cuatro años, su grupo vuelve a tener oposición en la Corporación municipal, ¿en qué han cambiado los plenos?
Parece un contrasentido, pero soy de los que opino que en un Concello es tan importante el gobierno como la oposición, porque el estímulo y el contrastar opiniones, siempre es bueno. En este nuevo mandato, aspiro que los dos compañeros socialistas hagan su labor y les pido, no que no sean duros porque es necesario hacer una labor de control al gobierno, sino que no se mezclen temas personales. Porque al final, lo que nos une, es querer lo mejor para Muíños.
¿Cuál es la situación de las arcas municipales?
En estos años hemos mejorado y hemos hecho muchas cosas en Muíños que han contado con subvenciones de otras administraciones, pero también aportaciones propias porque aquello de las subvenciones al 100% ya no existe. Eso nos ha llevado a contratar algún préstamo, pero es un concello con una deuda financiera asumible y hemos mejorado el plan de pago a proveedores. Tan importante es hacer las obras como pagarlas.
¿Qué actuaciones han llevado a cabo en estos meses?
Se han rematado las piscinas, que era una vieja reivindicación de mi grupo y que estarán en funcionamiento en 2016; y siguen las obras para mejorar las comunicaciones con Bande. Es la asignatura pendiente y me consta que en 2016 habrá suficiente dotación presupuestaria para finalizar el tramo que falta.
¿Y qué otros proyectos le gustaría ver materializados en los próximos años?
Seguimos y seguiremos reivindicando la creación de un poldrado (puente) que enlace Muíños con la carretera OU-540. Es un proyecto que se paralizó con la crisis y que espero volver a despertar con los responsables autonómicos. También creo que se dan las circunstancias para crear un polígono industrial en Barxés. Ningún concello de la Baixa Limia cuenta a día de hoy con un área empresarial y es necesario dotar de suelo a los autónomos y pequeños empresarios. También seguiremos aportando ideas y ofreciendo colaboración para poner en valor Salgueiro. La aldea en la que se invirtieron tres millones de euros en su rehabilitación debe ser un referente en el Xurés. A nivel turístico, Muíños es una referencia del turismo de interior con O Corgo, pero debemos remar todos los concellos de la comarca y la vecina Terra de Celanova para potenciar la enorme riqueza que nos caracteriza. Pero ya no solo en turismo, soy de los que defiende la necesidad de que tenemos que agruparnos para muchos asuntos, nos iría mucho mejor a todos.
Agruparse que no fusionarse...
No soy defensor de las fusiones, hay que respetar la idiosincrasia y las particularidades de cada municipio. Pero si es imprescindible agruparse para desarrollar proyectos a nivel turístico y también para la dotación de servicios. Juntos abarataremos los costes.
Se acaban de terminar las obras de regeneración de As Conchas y continúan las acciones para mejorar la calidad de las aguas del Limia, ¿cree que se están dando pasos para evitar los episodios de contaminación en el embalse?
Este es un problema que se lleva arrastrado desde hace muchos años y, contra lo que apuntan algunos, nosotros somos los sufridores de 40 años de vertidos. El problema está aguas arriba, donde diez concellos de A Limia, de una manera u otra, vierten aguas residuales y de granjas. Yo no estoy en contra de la actividad agroganadera, pero algo hay que hacer. Creo que las últimas acciones que se están haciendo han movido las conciencias y, si todos remamos en ese sentido, irá bien.
¿Cuáles son sus preocupaciones?
La falta de empleo en el rural, por eso es importante que un concello como Muíños cuente con infraestructuras y servicios que creen puestos de trabajo en la zona (atención social, residencia y centro de día, escuela,...). Y, como no, la despoblación. Ya va siendo hora que los concellos pequeños reinvindiquemos ante las administraciones superiores que lleven a cabo acciones reales que pongan freno a esta pérdida galopante de habitantes. Es vergonzoso lo que está pasando. Durante años se han gastado muchos millones de euros en dotar al rural de infraestructuras y ahora nos damos cuenta de que la gente se va de los pueblos o se muere. Digo yo que algo habrá que hacer.
¿A quién le corresponde y qué se puede hacer?
Cada uno debe asumir sus responsabilidades y buscar fórmulas para evitar la despoblación e incentivar la natalidad. Los concellos, poco más de lo que hacemos, que es mejorar los servicios y cuidar de nuestros vecinos. Pero se pueden hacer inversiones productivas y potenciar la creación de empleo y los autónomos.
