crónica

Una luz que se va apagando

Casi un tercio del censo de Lobeira estaba este domingo en la calle. Siguen dispuestos a luchar para tener una farmacia abastecida y no tener que desplazarse a concellos vecinos. "Ao mellor tiñamos que ternos mobilizado antes", reconocen

Lobeira sigue en armas. Hace más de tres años que no ven por allí a su farmacéutico y han dicho basta a la falta de medicinas, que les obliga a desplazarse municipios vecinos como Bande o Entrimo o, en muchos casos, apelar a la bondad de la auxiliar de farmacia, que trae medicamentos cuando puede para paliar el desabastecimiento. Con la oficina cerrada, no saben qué hacer. Han enviado un escrito a la Xunta de Galicia y al Colegio de Farmacéuticos y alertan del "grave problema" de la falta de fármacos, debido a la existencia de una residencia de ancianos en el lugar. 

Protestan, pero se sienten solos y desamparados. La Xunta anunció hace unos días que les pondría una botica de emergencia, pero no lo ven claro. "Só parece algo temporal", lamentan. Este domingo volvieron a protestar ante la farmacia. El movimiento, lejos de decaer, parece ir a más. La asociación de vecinos, impulsora de la protesta, ya ha conseguido que se sumen ediles del gobierno y la oposición del Concello. 

Ahora, quieren hechos. "Queremos unha solución xa, estamos dipostos a seguir loitando. Ata agora estivemos tranquilos pero intentaremos facer algunha manifestación. Sabemos que non podemos obrigar a ninguén a traspasar a farmacia, pero non nos rendimos, e faremos forzar para que apareza o dono", explica Merche Álvarez.  

Han estado mucho tiempo callados. Tres años con el dueño sin dar señales de vida. ¿Por qué tanto? "Aguantamos porque isto é unha aldea, e sempre te fías de que o home aparecerá. Pero chega o momento en que ves que te toman polo pito do sereno e nin dan explicacións", señala una de las más jóvenes de pueblo, de 33 años. "Non hai branco nin negro, non hai bos nin malos, pero isto non se pode permitir", apunta esta joven, que subraya que la gente en el pueblo "é maior" y que, en muchos casos, "teñen que chamar un taxi para ir buscar medicamentos". Pese a que la farmacia la mantiene como puede la auxiliar, ahora se han quedado hasta sin luz, debido a que el dueño no aparece. "Ela é un amor, preocúpase pola xente, vai buscar medicamentos... pero a responsabilidade é do farmacéutico".

La farmacia estuvo en funcionamiento desde 2006, hasta que hace algo más de tres años, el dueño dejó de ir por allí "Ao mellor isto tíñase que ter feito antes. É certo que o que non fixemos en dous anos queremos que agora se faga en 15 días, pode ser.  Pero aquí veu xente de todos os núcleos e estamos dispostos a seguir loitando", insiste Álvarez. 

Otro de los participantes volvía a insistir en la "falta de resposta" a sus reivindicaciones ante la Xunta y el Colegio de Farmacéuticos. "Medidas non tomaron ningunha, e con nós non falaron", apuntó este hombre, que también se refirió al "comportamento exemplar" de la auxiliar que mantiene como puede la atención. Aún así, lo tiene claro: "A presenza do farmacéutico é inexcusable". Una de las vecinas que se desplazó también quería dejarlo patente: "Isto é de pena". 

Susana, que escucha a los mayores, no puede más que darles la razón:"A xente está farta de se queixar, isto é unha tristeza". 

“Isto non é nin unha mercería nin unha zapatería!"

Lobeira tiene 800 habitantes. Ayer domingo, en la capitalidad estaban casi 200. Un éxito y un indicio claro de que algo está pasando. El rural se mueve. "Neste periodo de tempo, a farmacia foise desabastecendo e carece incluso dos medicamentos máis básicos. E non é culpa só do farmacéutico, senón da Administración. Cando unha farmacia está aberta ten que haber un farmacéutico. Isto non é unha mercería nin unha zapatería", aseguraban durante la concentración. "Onde está a inspección? O farmacéutico leva tres anos e medio sen vir!"

Te puede interesar