Despoblación y desolación

Por medio de un amigo de la zona de Os Ancares he podido conocer lo maravillosa que es esa provincia y disfrutar de su cara más íntima y profunda.

Tal fue el flechazo que desde aquel mismo fin de semana me planteé la posibilidad de comprarme algo sencillo y poco a poco ir recuperándolo, un refugio con más vistas a lo anímico y espiritual que a lo estrictamente especulativo.
Iluso de mi pensé que con las noticias que todos los días se leen en la prensa sobre el despoblamiento y cuasi abandono del rural gallego y muy concretamente sufrido en la provincia de Lugo habría de ser fácil hacerme con unas ruinas de las miles que hay a lo largo de la provincia.

¡Craso error! a estas alturas estoy a punto de tirar la toalla ya que en la zona en la que he buscado y a pesar de haber encontrado unas 10 casas que podrían ajustarse a lo que busco ha sido imposible encontrar razón de ellas (ha llegado el caso de que las hay que nadie en todo el pueblo sabe a quien pertenecen) y la negativa de vender las ruinas en los otros.

Quisiera plantear una reflexión a los con cellos que viendo como van perdiendo peso y casi razón de su propia existencia son incapaces de articular una ley (la llamaría del sentido común) que obligase a todo aquel que tiene propiedades a preocuparse de ellas o en caso contrario dejar (por medio de venta) que otros lo hagan. Desde luego cuando menos a tener informado al Concello de turno de datos sobre sus propietarios.

En mi caso personal y para un concello que ronda los mil habitantes el que yo me hiciese mi refugio allí supondría una inyección de vida y de economía dado que acostumbro a compartir y recibir en mi casa a multitud de amigos de toda Galicia y España que sin duda acudirían a visitarme. Ayudarían a un incremento de la vida y de la inversión en la zona.

Lo más curioso es que con los pocos propietarios que he podido hablar y antes de negarme la posibilidad de compra me hablan del amor que sienten por su tierra (aunque no viven en ella) algo que escapa por completo a mi capacidad de comprensión ya que ellos mismos son los que se están encargando de condenarla a la desolación.

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