DINAMITAR LO PÚBLICO

El futuro de la sociedad está marcado por la capacidad para reformar la vida de los ciudadanos. Nuestras vidas se ven disminuidas por el exceso de prosa dedicado a desarrollar lo privado y denigrar lo público. Son tareas impuestas por los poderes fácticos y no fácticos. No procuran ninguna satisfacción vital. El cultivo de lo público florece en la solidaridad, en el compromiso, en la entrega a los ideales de la trascendencia de lo inmediato. La salida de situación de dominio de lo privado sólo la encontraremos en el desarrollo de lo público.
El impacto del capitalismo industrial ha desgastado el sentido de la vida pública como una esfera moralmente legítima, la nueva secularidad desgasta esta esfera; desarrolla lo privado frente a los intereses de lo público. Lo público viene a significar una vida que transcurre fuera de la vida de la familia y de los amigos cercanos. En la región pública los grupos sociales complejos, distintos habrían de llegar a un contacto indefectible. Los poderes son conscientes de que si no se desarrolla lo público, el individuo-átomo, el individuo-masa, está condenado a ser un juguete de los intereses inconfesables en manos de los fuertes. Riesman lo ha descrito brillantemente en la muchedumbre solitaria'.

La paradoja de visibilidad de lo espectacular y el aislamiento que tanto obsesiona a la vida moderna, se origina en el derecho al silencio que impusieron las prácticas de la moralidad del totalitarismo. El aislamiento en medio de la visibilidad de los otros es una consecuencia lógica de la insistencia en el falso derecho a guardar silencio ante la injusticia y la ignominia. El individuo insertado en un alto desarrollo de lo público no puede encasillarse en el derecho a mantener incólume sus derechos individuales. No es lógico refugiarse en un pretendido registro histórico construido bajo el impulso de un guión interesado por las miasmas de una vida adulterada de los intereses del explotador. Las personas son de suyo individual y social.

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