Las democracias, a diferencia de los regímenes totalitarios permiten que la protesta ciudadana sea útil y constructiva para las demandas sociales de los ciudadanos, al tiempo que presentan oportunidades para las transformaciones profundas y para una sociedad más equitativa y justa. No en vano esos conflictos podrían ser parte del proceso impulsor del cambio que España necesita.
La situación en España está mal, incluso muy mal: pensionistas que tienen que pagar una parte de sus medicinas, niños que han perdido su derecho a los libros o al transpote escolar, servicios sociales desbordados. A esto hay que añadir miles de españoles arruinados con las preferentes. Por no hablar de familias desahuciadas, en exclusión residencial o de calle. En estas circunstancias lo lógico es que la población salga a la calle a expresar abiertamente su frustración (incluso a veces de forma poco ortodoxa) por quienes padecen injusticia frente a los escandalosos signos de riqueza de otros. Conste que me emociona ver a la señora de Cospedal tan feliz porque se ha comprado en Toledo una finca de 12.000 mil metros cuadrados, con chalé incluido, por dos millones y medio de euros.
Desde mi punto de vista no son ya tiempos de caceroladas, ni de pitadas; no. Esto hay que tomárselo más en serio; de lo contrario seguirán riéndose por los siglos de los siglos. Lo que le ocurre a la señora de Cospedal es que posiblemente adolece de un peligroso lapsus de memoria: el escrache nació para combatir a los nazis. Sobre todo a los que se refugiaron en Sudamérica huyendo de la justicia internacional. Los que nos manifestamos somos las víctimas.
Desde mi punto de vista no son ya tiempos de caceroladas, ni de pitadas; no. Esto hay que tomárselo más en serio; de lo contrario seguirán riéndose por los siglos de los siglos. Lo que le ocurre a la señora de Cospedal es que posiblemente adolece de un peligroso lapsus de memoria: el escrache nació para combatir a los nazis. Sobre todo a los que se refugiaron en Sudamérica huyendo de la justicia internacional. Los que nos manifestamos somos las víctimas.