INESTABILIDAD ECONÓMICA

Afirman algunos economistas que la economía esta dirigida por 'una mano invisible'.
No es cierto. El mercado no lo explica todo. Tiene sus aliados sociales y psicológicos. Mientras la confianza, la seguridad y la certidumbre, generan las transaciones económicas y el desarrollo, el mercado genera la desregulación y pone en juego todos sus recursos en busca de dudas y de incertidumbres e inconsistencias. Ahí encuentra sus mejores momentos; para crecer reproduce la inestabilidad en cantidades cada vez mayores. Lejos de ser un elemento para conseguir la racionalidad del mercado, la incertidumbre es una condición necesaria y su producto inevitable. La única equidad que promueve el mercado es una situación casi igualitaria de la incertidumbre existencial, compartida por los 'triunfadores', siempre triunfadores 'hasta nueva crisis', y derrotados.

Ya nada ni nadie está protegido en el mundo de la postmodernidad. Los humanos son las únicas criaturas vivientes que saben que su vida está articulada alrededor de la incertidumbre. Todas viven sus vidas alimentadas por la expectación y la incertidumbre que proporciona el mercado y su desregulación; ha destruido lo que en la modernidad inyectaba certeza y seguridad. Se han destruido todos los principios. Sólo uno permanece en pie: la productividad sin límites.

La estructura de la economía global está cada vez más separada de la estructura política del mundo, cuyas fronteras trasciende. Las repercusiones de esta situación sobre el potencial de construcción de identidades de los estados-naciones son sobrecogedoras. Los estados y las naciones son aplastados por el globalismo de la economía y de la especulación. La solidaridad bajo cuya bandera se habían convocado todas las debilidades y fortalezas humanistas son presentadas ahora en la plenitud de su debilidad. Nos invade un sistema de convivencia desregularizado, sin orden.

El capitalismo de los mercados no pretende hacer mejores a las personas. Es un sistema inmoral, no amoral. Ni está concebido como parte integrante de una operación ideológica y política de transformación radical de la sociedad. Lo de Shumpeter -'destrucción creativa'- se ha quedado en una caricatura. Crean, sin miramiento, inestabilidad y ansiedad, como una red en la que atrapan a todos los trabajadores y los postran en la indefensión y en el anonimato.

Te puede interesar
Más en Cartas al director