Los lamentos de la hipocresía

n n nAsistimos estos días a diversos debates sobre la supervivencia de la moneda europea y en que forma se replantea la unión monetaria entorno al Euro. Los mercados siguen escépticos ya que consideran que siendo asunto de muchos, sean capaces de ponerse de acuerdo. Y razón no les falta, yo si fuera inversionista estaría perplejo contemplando la cantidad de despropósitos que se hacen día tras día por cada uno de los países y sus dirigentes.
No se puede crear un club en el que sus socios van por libre a la hora de fijar presupuestos, régimen fiscal etcétera, ya que sin pérdida de soberanía por parte de los estados no hay unión. Se ha querido construir un edificio sin una buena cimentación y sin una estructura adecuada a la realidad productiva y riqueza de cada estado. No se trata de ser un vagón enganchado a la locomotora alemana, hay que tener en cuenta la carga y si están preparados para esa velocidad.

En el caso de España se han llevado a cabo reformas en el ámbito laboral, fiscal, bancario etcétera, pero falta una esencial: La estructura del Estado, la cual si no se hace desde el rigor, abandonando estupideces de pensamientos nacionalistas, y no la adecuamos a las posibilidades de nuestra productividad y riqueza, seguiremos queriendo vivir en un país imaginario pero que no nos podemos permitir. También debemos emprender una lucha decidida contra la corrupción. Si no cambiamos, estamos condenados a vivir en la miseria, pero no culpemos luego a nuestros dirigentes, nosotros también seremos cómplices y nuestros también serán los lamentos de nuestra hipocresía.

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