Llevar el evangelio a todas las realidades

El papa Francisco ha hecho público el Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, que este año se celebrará el próximo 20 de octubre, poco antes de que concluya el Año de la Fe.
La naturaleza misionera de la Iglesia no es proselitista, sino testimonio de vida que ilumina el camino, que trae esperanza y amor. La Iglesia, como ha repetido el Papa, no es una organización asistencial, una empresa o una ONG, sino que es una comunidad de personas, animadas por la acción del Espíritu Santo, que han vivido y viven la maravilla del encuentro con Cristo y desean compartir esa experiencia de profunda alegría. El don de la fe no se puede conservar para uno mismo, sino que debe ser compartido. Si queremos guardarlo sólo para nosotros, nos convertiremos en cristianos aislados, estériles y enfermos.

El Año de la fe, a cincuenta años de distancia del inicio del Concilio Vaticano II, es un estímulo para que toda la Iglesia reciba una conciencia renovada de su presencia en el mundo contemporáneo, de su misión entre los pueblos y las naciones. Este tiempo tan complejo que estamos viviendo, tan marcado por la crisis a todos los niveles, necesita que nos tomemos la misión en serio. Ahora es aún más urgente llevar con valentía a todas las realidades, el Evangelio de Cristo. El hombre de nuestro tiempo necesita una luz fuerte que ilumine su camino y sólo el encuentro con Cristo puede dársela. Es nuestra responsabilidad traer a este mundo, con nuestro testimonio la esperanza que se nos da por la fe.

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