Al menos humanos

Los problemas con los que se encuentra los derechos humanos son el de su cumplimiento. El humanismo como doctrina positiva recoge elementos de tradiciones muy variados de pueblos, culturas, formas religiosas. Pero ha de prevalecer siempre la preeminencia de los humano dentro de las diversas aventuras de la racionalidad.
Hoy, la identidad de cada individuo es un mosaico en continuo e inquieto movimiento. La misma persona podrá “vivirse” e individualizarse de diversas formas. En medio del caos podrá ser tratado bajo muchas perspectivas; cada uno podrá cambiar de componentes y dosis, en el cóctel siempre cambiante de la propia elección de identidad; se sirve a voluntad del gran almacén de los valores y en el supermercado de las afiliaciones. Sin embargo siempre quedará lo humano.
El humanismo propiamente dicho tiene un largo recorrido. Se inició en el siglo XVI. Significó una ruptura con el dogmatismo de la visión cristiana medieval del mundo. Lo que hizo especial a aquella época fue la voluntad de escudriñar tras la capa de apariencias piadosas. Interesaba saber qué hace a la vida humana. En el altar del humanismo se han ofrecido los mayores crímenes y también los mejores rasgos constitutivos de lo humano. Posiblemente Camus también hoy escribiría “El extranjero”. La “movilidad” de los ciudadanos se ha considerado como un logro por la filosofía de la Ilustración. El capitalismo salvaje convirtió este derecho a emigrar en la necesidad de emigrar para sobrevivir. ¿A qué precio? El espíritu de aventura no es el componente fundamental del emigrante.
El comportamiento humanista no es un simple complemento de las concepciones mercantilistas, de las estrategias competitivas, de la contabilidad ecológica y el balance social, sino que ha de constituir el marco normal de toda actuación humano-social. Lo inhumano reside en el trato diario, pero principalmente en aquellos condicionantes que hacen que el hombre sea lobo para el hombre. ¿Dónde están los vigilantes de la sobreexplotación, de los paraísos fiscales?

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