Un Papa con un amor vibrante

Recientemente, el cardenal emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, hablaba sobre la figura cercana, ejemplar y humanamente atractiva del nuevo papa y sobre el comentario de un musulmán que entusiasmado decía: 'Pero que Papa tenemos', Carlos amigo le dijo amablemente: 'No hombre, el papa es de los católicos'. Ciertamente es sólo de los católicos, pero por ser representante de Jesucristo en la Tierra pertenece a toda la humanidad.
Una de las grandes bondades de este papa es la de ser un papa que no habla sólo a los teólogos, filósofos, intelectuales y sabios, sino que habla de una manera clara; la doctrina del nuevo pontífice es la misma de siempre, pero no así el lenguaje, no así las formas, no así la llamada; una llamada que nos llega directamente al corazón. El papa Francisco es el papa de los gestos entrañables, el papa del cariño, el papa del amor vivido: del amor que llega a lo más hondo.

En muchas ocasiones cuidamos muy bien las cosas importantes y eso no solamente es bueno sino que es muy bueno, pero no nos podemos olvidar de lo muy importante es el amor que Dios nos tiene y el amor que debemos a Dios y a los demás. Jesucristo ya criticó duramente el rigor en el cumplimiento de las normas del pueblo judío, pues los judíos se olvidaron de la esencia y descuidaron el amor. De todas maneras, el amor no significa inexistencia de normas y costumbres, de leyes, de mandamientos. Significa que en nuestra vida tienen que ir al unísono una y otra cosa, y que todo, aun lo superficial, debe de estar encaminado al amor, un amor con mayúscula, un amor cercano. No podemos tener un amor frío, calculador, científico; tenemos que tener un amor vibrante, emocionado, lleno de sensaciones; un amor: que contagie, que llegue a los demás.

Jesucristo no escatimó en el amor y nos mostró ese amor con ejemplos, vivencias, trabajos, detalles, milagros, actitudes, palabras. Y al final la cruz. Supo vivir con todos para dar la vida a todos. Jesucristo, seguro que con voz vibrante y entusiasmada, dijo a aquella gente: 'He venido a que tengan vida y la tengan en abundancia'. Como lo del papa Francisco que no sólo huele a pasto, sino a rico y sabroso pasto; en resumen huele a pasto y pastor, oveja, amor y vida.

Te puede interesar
Más en Cartas al director