la violencia está en los genes

Hoy en día podemos ver como son muchos los que de una forma u otra intentan investigar sus orígenes familiares y una prueba de ADN puede ser pieza fundamental en el rastro de sus ancestros genéticos. El ADN marcará muchas de las cualidades que el individuo en este caso desarrollará a lo largo de su vida. Pero ser persona en una sociedad es mucho más que simple genética, es aprendizaje, educación, entender y respetar a los demás, en definitiva saber convivir.
Por eso cuando asistimos a las movilizaciones de la izquierda, las cuales van precedidas de consignas como 'vamos a quemar la calle', 'fachas', y todo tipo de lindezas, nos encontramos ante los mismos provocadores, ante los mismos comportamientos que la historia recuerda y que tiene en su retina: quemar iglesias, hacer barricadas, insultar al adversario si no piensa como tú, son hechos que forman parte de quienes se dedicaron a dividir y a fracturar a una sociedad y llevarla a una triste guerra civil. Son ese ADN de aquellos que decían representar la libertad, de quienes su libertad era la opresión de quien no pensara como ellos. Siguen y están ahí, por que la genética de sus antepasados ha sido heredada por los que se postulan como los salvadores de patrias y con el derecho de hacer suya la calle.

Ese ADN de quienes se disfrazan de antisistema, de 15 M, de estudiantes sin calefacción o de recortes, ya han sido identificados por una sociedad, la cual ya se ha dado cuenta de la jeta de estos individuos. Una sociedad que quiere vivir tranquila, sin sobresaltos, en la que la convivencia del respeto a los demás sea su principal virtud. Solo así seremos un pueblo y una nación libre, emprendedora, orgullosos de nosotros mismos. El que quiera seguir por el camino de la crispación es posible que se encuentre con el compromiso y la firmeza de una sociedad, harta de aguantar años y años de miseria, zancadillas y división, la cual no está por la labor de seguir otorgándole más protagonismo a quienes pretenden revivir el ADN del pasado.

Te puede interesar
Más en Cartas al director