Beato viajero en Ramirás

Con emoción y aplausos recibieron en Vilameá (Ramirás) la figura del beato venezolano José Gregorio Hernández, repitiendo una tradición que antaño hicieron los emigrantes gallegos llevándose, ‘alén dos mares’, las tallas de Santiago, San Martiño o San Rosendo

La parroquia de Santa María de Vilameá, en Ramirás, se quedó pequeña ayer para albergar la misa de entronización de José Gregorio Hernández, beato muy venerado en Venezuela y en proceso de santificación por parte del Papa Francisco. “Es una alegría muy grande. Eché muchos años en Venezuela y allí le tenemos mucha fé”, comentaba María Norma González, vecina de Grixó, que ayer no se quiso perder la eucaristía presidida por la peculiar talla, representado con una  bata blanca, el estetoscopio al cuello y su característico sombrero negro.

Venezuela fue el país al que mayoritariamente emigraron los habitantes de este concello de Terra de Celanova y al que, en las últimas décadas, han ido retornando sin olvidar sus tradiciones. “Yo eché 50 años”, comentaba en el atrio de la iglesia Manuel Rodríguez, emocionado por ver en su parroquia la imagen del conocido como médico de los pobres. “La iglesia está llena hoy y ¡hasta el día acompaña! Esto es una alegría para todos aquí y allá también.  En Venezuela están felices de que esté aquí José Gregorio. ‘El doctor va para el país de mi papá’, dijo una conocida”, señala Rodríguez.

Varias familias de la parroquia fueron las que propiciaron la llegada de la talla, desde Venezuela a Ramirás. Entre ellas se encuentra la de José Antonio Alejandro, hijo de emigrantes y actualmente consejero titular de Venezuela en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior. “Venezuela fue la cuna que recibió a los emigrantes de la comarca de Celanova, de Ramirás en particular. Tantos años viviendo allá, ¡hay que adorar a José Gregorio Hernández! Todos aquí saben su historia, cómo su vocación de ayudar a la gente lo hizo convertirse en médico”, recordaba Alejandro, quien  agradeció la colaboración del párroco Anibal Gómez y la alegría compartida de todos en la parroquia. “Toda esta gente que emigró a Venezuela y ahora retornó podrá seguir orando al beato José Gregorio Hernández y siendo cada día más devotos. Invitamos a todos los ourensanos y a España entera a venir aquí a adorarlo”, dijo.

Gran afluencia

A su entronización acudieron feligreses de distintas parroquias de Ramirás y, por extensión, de Terra de Celanova. “Venimos de Celanova específicamente por José Gregorio. Yo nací en Caracas, aunque después vivimos en Valencia, allí se le tiene gran devoción porque es el médico de los pobres”, subrayaba Manuela Valado, que acudió en compañía de su madre, Elisa Salgado.

La celebración es una continuación de lo que antaño hicieron los emigrantes gallegos. “Las tradiciones se mantienen. De aquí se llevaron las vírgenes, los santos. Y ahora nosotros traemos de allá los nuestros. Y el más importante que podemos tener hoy es José Gregorio”, comentaba Sergio Emilio Gregorio Vázquez, quien lleva el nombre  del doctor en su honor. En la Hermandad Gallega de Venezuela, explicaba Alejandro, hay una capilla donde la gente de cada concello, de cada provincia, se encargó de llevar sus santos: Santiago, San Froilán, A Peregrina y, de Ourense, San Martiño, San Rosendo... “Incluso le pedimos a un escultor de allí que nos hiciera una imagen de Nuestra Señora de los Milagros. También está la Virxe do Cristal”, subraya.

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