Dos asuntos centraron el debate en el pleno desarrollado ayer en Celanova, y ninguno de ellos se refería al tema central de esta sesión: la aprobación de los días festivos de la localidad para el próximo año, que serán el 1 de marzo (San Rosendo) y el 16 de agosto (San Roque).
El BNG presentó una solicitud para poder hacer uso del salón de plenos con el fin de informar a los vecinos de Celanova de la intención de Hacienda de cobrar impuestos, a los emigrantes retornados, sobre lo cobrado en otros países. El alcalde celanovés, José Luis Ferro, negó esta utilización de la dependencia municipal, porque 'es un espacio destinado al uso de los partidos en sus actos de partido y éste no era el caso'. Desde el BNG recordaron que 'foi o mesmo espazo utilizado fai poucos días para o congreso local do PP' y que 'a lei de bases sinala que pode ser utilizado sempre que non estea ocupado', explicó Leopoldo Rodríguez, portavoz del BNG en el Concello de Celanova.
La segunda polémica del día se produjo cuando el alcalde aprobó una remodelación, sacando de la junta de gobierno a Máximo Losada, concejal de Urbanismo, y metiendo a Manuel Domínguez Núñez, María del Pilar Regueiro, Maximino Rodríguez y Manuel Recarey -los dos primeros habían perdido sus dedicaciones parciales tras un acuerdo plenario secundado por la oposición-', señala María Jesús Boo, portavoz del PSOE en Celanova. 'Nosotros criticamos este ajuste y preguntamos qué beneficio tendría Celanova con este cambio. El alcalde nos dijo que habría beneficios, pero creemos que la razón última es que esas personas mantengan un sueldo', asegura Boo.
Otra de las preguntas socialistas giró en torno a la adjudicación del servicio de limpieza del colegio Curros Enríquez a la empresa Eulen, cuando se presentaron hasta cuatro empresas locales para hacerse con el contrato. Según Ferro, 'ninguna de las empresas celanovesas que se presentaron garantizaba el servicio'.
Desde el PSOE mostraron su sorpresa porque se escogiera 'la empresa de la que es apoderada general Micaela, hermana del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo', señala la portavoz socialista.
La segunda polémica del día se produjo cuando el alcalde aprobó una remodelación, sacando de la junta de gobierno a Máximo Losada, concejal de Urbanismo, y metiendo a Manuel Domínguez Núñez, María del Pilar Regueiro, Maximino Rodríguez y Manuel Recarey -los dos primeros habían perdido sus dedicaciones parciales tras un acuerdo plenario secundado por la oposición-', señala María Jesús Boo, portavoz del PSOE en Celanova. 'Nosotros criticamos este ajuste y preguntamos qué beneficio tendría Celanova con este cambio. El alcalde nos dijo que habría beneficios, pero creemos que la razón última es que esas personas mantengan un sueldo', asegura Boo.
Otra de las preguntas socialistas giró en torno a la adjudicación del servicio de limpieza del colegio Curros Enríquez a la empresa Eulen, cuando se presentaron hasta cuatro empresas locales para hacerse con el contrato. Según Ferro, 'ninguna de las empresas celanovesas que se presentaron garantizaba el servicio'.
Desde el PSOE mostraron su sorpresa porque se escogiera 'la empresa de la que es apoderada general Micaela, hermana del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo', señala la portavoz socialista.
