Hermanamiento micológico entre Galicia y Argentina con Celanova como protagonista

Ricardo y Alejandro Mínguez, con Gonzalo Romano en Azuqueca de Henares.
photo_camera Ricardo y Alejandro Mínguez, con Gonzalo Romano en Azuqueca de Henares.
El intercambio de estudios, conocimientos y publicaciones sobre micología entre Galicia y Argentina motivó el encuentro entre los micólogos celanoveses, Ricardo y Alejandro Mínguez, y Gonzalo Romano, presidente de la Fundación Hongos de Argentina, con raíces maternas en Gomesende

Azuqueca de Henares, en Guadalajara, albergó este fin de semana un simbólico hermanamiento micológico entre Argentina y Galicia, con la comarca de Terra de Celanova como protagonista. Un cúmulo de casualidades propició el encuentro entre Ricardo y su hijo Alejandro Mínguez, reconocidos expertos en micología de Celanova, con Gonzalo Romano, presidente de la Fundación Hongos de Argentina para la Sostenibilidad, quien actualmente reside en España y cuyo abuelo materno era de Pau, en la parroquia de A Guía, concello de Gomesende.

El encuentro surgió a raíz del intercambio con Uruguay en el que participó el año pasado Alejandro Mínguez y donde, por medio de su contacto en Montevideo Alejandro Sequeira, estableció relación con el presidente de dicha federación argentina de micología, Gonzalo Romano. “En aquel momento no pudimos coincidir, pero después me llamó y hablamos. Resulta que está trabajando en España, en una empresa de cultivo de setas y vive en Azuqueca de Henares, muy cerca de Camarma de Esteruelas, lugar de nacimiento de mi padre”, relataba Mínguez, cuya familia tuteló hace unos años una empresa dedicada al cultivo y comercialización de setas en Celanova.

Una bonita casualidad que se multiplicó al desvelar Gonzalo Romano sus orígenes gallegos. “Estamos doblemente cruzados, por la micología y porque mi abuelo materno era de Gomesende. Mi abuela materna también era gallega, de Lugo”, presumía Gonzalo Romano, quien espera viajar pronto a Galicia, para volver a visitar la aldea de Pau, en A Guía, y conocer, de primera mano, el proyecto micológico Plan C. “Llevo dos años viviendo aquí y entre la adaptación, el trabajo… Estuve en el pueblo de mi abuelo una vez, pasé por delante de la puerta de la casa, hoy en ruinas. Tengo muchas ganas de volver y seguir compartiendo con Alejandro y Ricardo”, comentaba tras el primer encuentro en Guadalajara y donde tuvieron la oportunidad de intercambiar experiencias, libros y objetos relacionados con las setas, y sentar las bases de una futura colaboración divulgativa.

Tanto Romano como Mínguez, que se llevó de Celanova a Azuqueca de Henares unos ejemplares de Cantharellus subpruinosos de primavera, resaltaban las diferencias de especies y de divulgación micológica entre ambos países. “En Argentina no hay tanta cultura de recolección de setas silvestres, es más de cultivo”, comentaba Romano.

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