Una exposición desvela desde hoy en A Coruña todos los secretos de los faros

La Asociación Internacional de Ayudas a la Navegación Marítima y Autoridades de Faros (IALA) ha llegado esta semana a la ciudad de A Coruña con la exposición "Faros, la luz nunca debería apagarse", en la que se desvelan todos los secretos sobre estos guías marítimos.

La Fundación Novacaixagalicia acoge desde hoy y hasta el 31 de agosto una muestra organizada por Puertos del Estado con la colaboración de la Autoridad Portuaria de A Coruña en sus plantas primera y segunda.

En "Faros, la luz nunca debería apagarse" se recogen partes de antiguas atalayas para deleite de los visitantes, que pueden observar la evolución de la noble profesión de los torreros, que está casi extinta.

Para empezar se ofrece todos los detalles sobre los antecedentes y la vigencia de las ayudas a la navegación marítima, con luces cercanas a la costa que ya utilizaban los romanos en la antigüedad.

Precisamente ellos fueron los que edificaron la Torre de Hércules, uno de los faros más conocidos del mundo que además es Patrimonio de la Humanidad y que volvió a funcionar en A Coruña a finales del siglo XVIII, cuando fue restaurado.

En 1847 se hizo en España el Plan General de Alumbrado Marítimo, el primer programa estatal que organizaba los faros existentes, en principio con 126 a lo largo de toda la geografía nacional, 105 de nueva construcción.

Además de ayudar a la navegación marítimas, estos guías marítimos servían para otras tareas, como realizar observaciones meteorológicas o dar auxilio a los náufragos, como sucedió la primera vez en que se organizó este servicio de salvamento.

La vida en los faros merece un capítulo aparte, con los torreros y sus familias en zonas aisladas, a veces incluso en islas, todo para desarrollar una profesión que pasaba de padres a hijos y que era vocacional.

Vivían con mucho riesgo, pues para conseguir alimentos ya tenían que pagar un sobrecoste o hacer un desplazamiento extra que se complicaba todavía más en caso de un parto o una enfermedad.

El documental "Vigías del Mar", grabado en 1958, se reproduce de manera continua y muestra cómo era el panorama marítimo hace casi sesenta años, cuando la profesión de los fareros todavía estaba en auge.

Llegó un momento en que para estar encargado de un faro, a pesar de que eran puestos mal remunerados, se necesitaba una oposición e incluso, tras la Guerra Civil española, se reservó este puesto para mutilados de guerra o familiares de fallecidos en el frente.

La exposición recoge estos datos con fotografías y documentos históricos, además de distintas antigüedades, hasta que en 1994 el Faro de Frouxeira, cerca de Ferrol, fue el primero automatizado de España y empezó a desaparecer, de manera paulatina, la profesión de los torreros.

Como curiosidad, en esta muestra se explica por qué una parte de la costa de la provincia de A Coruña se denomina Costa da Morte: fue el 14 de enero de 1904, cuando un diario denominó "Costa de la Muerte" a una zona en la que se sucedían los naufragios y los posteriores accidentes hicieron el resto, hasta que se consagró la denominación.

Galicia es la comunidad autónoma que cuenta con el mayor número de señales de navegación para una óptima seguridad en el mar, pues dispone de 30 faros y 456 señales de balizamiento emplazadas en sus 1.700 kilómetros de litoral, tal y como ha puesto hoy de manifiesto la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, en la inauguración de la XVIII conferencia IALA.

Además, ha destacado, la comunidad gallega es pionera en la instalación de fuentes luminosas que se accionan por energía solar.

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