Picasso acelera un acuerdo entre la Tate y la National Gallery

Espoleadas por una exposición dedicada a Picasso, que provocó, según algunos, ciertas tensiones, la National Gallery y la Tate, las dos galerías públicas más importantes del Reino Unido, han llegado a un acuerdo sobre sus respectivas políticas de adquisiciones y exposiciones.
El acuerdo se anunció hoy, en vísperas de la gran exposición dedicada al maestro español en la National Gallery, que debería haber acogido normalmente la Tate por tratarse de un pintor del siglo XX, circunstancia que, según algunos medios de comunicación británicos, generó tensiones entre los dos museos.

Los límites históricos de sus respectivas colecciones, establecidos en 1996, seguirán aplicándose por otros diez años a partir del presente, señala un comunicado de ambas instituciones, que dicen que continuarán colaborando ‘en interés nacional y del público’.

Hace doce años, las dos instituciones acordaron en efecto fijar en el año 1900 la línea divisoria de sus colecciones, lo que llevó a canjear algunos cuadros: un bodegón de Pablo Picasso de 1914 que estaba en la National Gallery se envió a la Tate y ésta a su vez cedió un paisaje de Van Gogh de 1890.

El nuevo director de la National Gallery, Nicholas Penny, ha negado públicamente que la decisión de organizar la exposición ‘Picasso: reto al pasado’, que se inaugura el próximo miércoles, suponga la ruptura de ningún acuerdo entre ambas instituciones ya que el firmado en 1996 se refería a adquisiciones y no a exposiciones.

Las dos instituciones han llegado sin embargo a un compromiso en ambos casos que diluye en cierto modo el límite artificial fijado al establecer que puede haber excepciones.

Así, por lo que respecta a las adquisiciones, la National Gallery reconoce ahora que ‘puede haber circunstancias’ en las que la Tate desee adquirir pinturas creadas en el siglo XIX si son de ‘artistas normalmente asociados con el siglo XX’ como Bonnard, Picasso y Matisse.

A su vez, la Tate acepta que la National Gallery puede querer comprar obras ejecutadas en el siglo XX por artistas a los que se identifica normalmente con el siglo XIX, como Cezanne, Monet o Renoir, o de otros cuya obra comenzó en el siglo XIX y cita a Sickert y Bonnard como ejemplos.

Para evitar conflictos de intereses, ambas instituciones se han comprometido, sin embargo, a consultarse mutuamente en esos casos.

Por lo que se refiere a las exposiciones, como ocurre con la de Picasso, que crea sin duda un precedente, la Tate y la National Gallery señalan que ninguna de ellas tendrá que limitarse a aquellas áreas artísticas en las que se desarrolla normalmente su actividad coleccionista.

Así, por ejemplo, la Tate Britain, dedicada al arte británico, puede querer organizar una exposición que muestre las obras de artistas de este país junto a las de creadores de otros países europeos de la misma época.

La Tate Modern y la National Gallery puede querer exponer a artistas que trabajaron a caballo entre los dos últimos siglos y la segunda puede decidir exhibir obras contemporáneas junto a otras anteriores sin que ello suponga quebrantar las reglas establecidas.

El acuerdo se extiende también a los legados, donaciones o préstamos de obras de arte y así la National Gallery manifiesta que no tiene la intención de solicitar otras piezas que las de artistas cuya carrera transcurrió en su mayor parte en el siglo XIX, mientras que la Tate se compromete a lo mismo con respecto a los del siglo XX.

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