Cultura

El regalo de Keith Haring a Barcelona, 30 años después

Keith Haring Barcelona
photo_camera Una mujer coloca una foto en un caballete ante el mural que el artista y activista Keith Haring pintó junto al MACBA la obra "Todos juntos podemos parar el sida". (Foto: EFE)
Tres décadas después de que el icono del grafiti y el pop art neoyorquino pintara su famoso mural en el Raval, Lulu Martorell recupera la grabación de aquella acción artística para sacar a la luz toda su simbología y trascendencia

Treinta años después de que el icono del grafiti y el pop art neoyorquino Keith Haring pintara su famoso mural en el Raval de Barcelona, la realizadora Lulu Martorell ha recuperado la grabación de aquella acción artística para sacar a la luz toda su simbología y trascendencia.

"Keith Haring 1989 Barcelona", que se proyecta el 3 de noviembre en el festival In-edit Barcelona, muestra "la actitud positiva y luchadora" del artista, que regaló su arte a la ciudad de Barcelona, 353 días antes de morir de SIDA.

"Cuando llega a Barcelona, él sabe que tiene SIDA y, en lugar de encerrarse en si mismo, decide advertir a la gente de que la enfermedad ya se ha instalado en muchos lugares y está a punto de hacer estragos todavía mayores", ha subrayado la directora.

En el documental, testigos de aquel momento y el propio Keith Haring relatan cómo el artista, que está de paso por Barcelona, se encuentra en el avión con una conocida barcelonesa que le propone hacer algo en la capital catalana.

Haring pone como única condición seleccionar él mismo la pared donde pintará y elige la plaza con mas jeringuillas usadas tiradas por el suelo que encuentra: la plaza Salvador Seguí del Barrio Chino.

Allí trabaja durante cinco horas en un mural que refleja el peligro de la nueva epidemia y concluye con la frase "todos juntos podemos parar el SIDA", un mensaje que apela a la fuerza del colectivo, válido entonces y ahora.

"Fueron muchos los que cayeron en la lucha contra el SIDA y quiero rendirles homenaje", ha aclarado Lulu Martorell, que muestra en In-edit una parte de un proyecto más amplio titulado "30 años positivos".

En los 41 minutos de metrajes que se podrán ver en el festival de documentales musicales de Barcelona, Martorell menciona el SIDA y la heroína, "que lamentablemente son dos temas en los que todavía queda mucho por hacer", pero pone más énfasis en la crónica de la Barcelona preolímpica y en la música que acompañaba a Haring.

A ritmo de 'house', Haring dibuja rodeado de niños y vecinos del Raval, un barrio que en aquel momento iniciaba una transformación que hoy ya no tiene marcha atrás.

Uno de los niños que revolotean alrededor del artista en la grabación que Lulu Martorell ha recuperado es Leandro Crespo, que narra cómo era el barrio en aquellos tiempos y lo mucho que ha cambiado.

"La gente no tenía nada, pero tenía orgullo de barrio. El día que se supo que Barcelona sería la sede de los Juegos Olímpicos de 1992, se acabó todo", asegura en el documental.

"El Raval era como un pueblo donde la gente se conocía y había una red de vecindad, pero estaba en el centro de la ciudad y eso los señores no lo podían soportar, así que se pusieron manos a la obra y lo que han hecho es quedárselo ellos para sus negocios, básicamente para el turismo", corrobora Lulu Martorell.

Haring conoció aquella Barcelona "que todavía estaba por construir" y se paseó por los mejores locales de música 'house' del momento, entre ellos el Club Billares Ars, donde conoció al DJ César de Melero, autor de la banda sonora del documental junto a Judit Farrés.

Roger La Puente completa el equipo creativo de este filme, que evoca aquellos lejanos, y a la vez cercanos, años ochenta, "esenciales para entender la transformación de Barcelona, la música electrónica y las reivindicaciones de las diferentes opciones sexuales y de género", temas todos ellos de plena actualidad.

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