Arte et Alia

Retablo mayor de Soutopenedo restaurado

Lucas y Mateo con el niño haciendo un ok.
photo_camera Lucas y Mateo con el niño haciendo un ok.
Hemos visitado la parroquial de Soutopenedo, dedicada a San Miguel, para admirar su retablo, ya restaurado

Hemos visitado la parroquial de Soutopenedo, dedicada a San Miguel. Entrañables recuerdos nos envuelven al ver a ver el rostro de D. Ramón María Blanco González, el sempiterno párroco y poeta a quien conocí en los años ochenta en el despacho de Anxo en la Diputación, cuya memoria recordamos con un busto-altorrelieve de bronce, de Xosé Cid, en 1991. El motivo era contemplar el estado final del principal retablo litúrgico de la iglesia, del que sabíamos que su restauración había concluido. Allí luce desde el brillo central del altar-sagrario y el esplendente expositor, pieza de mérito. Su Cristo resucitado en la puerta, sobre el sarcófago entreabierto con truculencia expresiva, y su “Resurrexit/ Aleluya” en el pendón, es magnífico desde su rojo manto al vuelo. En el frontal está el maravilloso cordobán con sus geométricos dorados y las flores, pieza a destacar desde ahora, pudiendo colocarse las sillas de los celebrantes tras el ambón de la Palabra...

La restauradora del Retablo Mayor de Soutopenedo y unos vecinos.

Tiene dos cuerpos separados por una cornisa, con una calle dominante en el eje, y el Arcángel San Miguel venciendo al Demonio. En lo más alto va el relieve de la Trinidad con corona de flores al aire, y desnudos putti turiferarios en las calles laterales. En estas hay santos, San José y San Antonio Abad abajo, San Benito y Santo Domingo arriba. En su base están, en tamaño pequeño, sendos relieves con los evangelistas Juan y Marcos, Lucas y Mateo. Van colocados ante paisajes que ahora se pueden apreciar. La reavivada policromía del retablo y las tallas consigue así que percibamos lo que se desconocía desde hace generaciones por el polvo y la degradación cromática, que deviene una aparición cuando lo ilumina la luz de la tarde. Hay además un plus, el de la originalísima cubierta de madera de la capilla mayor. Recientemente descubierta, tiene un aire al Gótico final e imita una cúpula nervada octogonal con gran pinjante en el centro de una estrella de ocho puntas, pintada en el recurrente azul-cielo.

Se quiso dar a conocer lo realizado el pasado fin de semana por Babelia Conservación y Restauración de Bienes Culturales S.L, de Ávila. Fueron las jornadas informativas, con Montserrat Jiménez al frente, y el viernes acudimos con dos vecinos. Las obras de la Consellería de Cultura y Turismo de la Xunta, con presupuesto-base de 37.268 euros, se publicita ahora como 30.559,76 euros. Hay también camino por recorrer en la divulgación, que deberían hacer profesionales de historia del arte para conseguir la transmisión de datos y apreciaciones culturales veraces, pues la información falsa es virus peligroso y contagioso. Así en el cartel oficial consta sin fecharlo que lo mandó hacer Gabriel Galiano (?) de Castro; y en la web municipal de San Cibrao que el edificio es del siglo XII, “perteneciente a la época romana”, la cruz procesional es de Rosendo (?) y un inverosímil análisis de las gárgolas. El inventario de la Diócesis es también muy deficiente, asimismo. La magnífica obra que nos llevó hasta allí la mandó hacer y pintar el cura Gabriel Cayetano de Castro en 1751.

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