El COB afronta la primera semana de Liga después de una pretemporada irregular y plagada de contratiempos en la configuración de la plantilla

Se acabaron los ensayos

Los últimos fichajes del COB, Jared Carter y Mamadou Diop, en el Pazo. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
El COB disputó en Avilés el último amistoso de la pretemporada. El sábado (19,00 horas) empieza lo bueno, empieza la Liga.
El principal candidato al ascenso, el Andorra, será el primero en examinar a un COB en el que sólo repite Julio González y con Gonzalo García de Vitoria como encargado de buscar la continuidad en un proyecto demasiado imprevisible en sus precedentes.

La llegada de Carter es la última novedad en un equipo sorprendente positivamente en su configuración pero preocupante en su puesta en acción durante la pretemporada y reorganizado a la fuerza sobre la marcha en su juego interior. Thompson y N'Diaye dejaron su sitio a Morentin y Carter en dos puestos que serán clave para saber realmente hasta donde es capaz de llegar el COB.

El resto está a gusto del consumidor. La pareja de bases es complementaria en roles, virtudes y defectos. El juego exterior no va sobrado de puntos pero los tiene en todos los elementos y con físico en la mayoría de los casos para compensar deficiencias. En la zona, más de lo mismo. No hay piedra angular sobre la que girar todo el juego pero sí cuatro jugadores con predisposición a asumir protagonismo incluida la apuesta postrera por Jared Carter.


LOS LÍDERES

Un COB que debe seguir insistiendo en la permanencia como objetivo innegociable pero que a diferencia de la temporada pasada tiene líderes en la pista para tirar del carro en momentos complicados. Kale regresa a Ourense con galones en la Liga, Rivero es una apuesta segura cuando toca ser valientes y decidir finales igualados y Huertas tiene que recuperar en Ourense las actuaciones sonoras que no tuvo en Alicante pero lo mantienen como uno de los mejores exteriores de la Liga.

El COB 2013/2014 afronta la primera semana de competición sin regularidad en el juego ni brillo en los resultados pero con cartel y argumentos para confiar en un año menos agobiante que el anterior.

A la vista, un Andorra imponente y en Pazo seguro con ganas de volver a disfrutar con una LEB Oro que recupera peldaños. Una Liga con mucho más nivel que la pasada edición. Más vistosa pero más exigente, más solvente pero igual de imprevisible.

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