El Barco no podía fallar y no lo hizo. Los chicos de Javi Rey, muy bien arropados por una grada llena y que empujó a los suyos, ganó por 3-1 al Somozas y, a falta de dos jornadas para que finalice la competición, tiene en su mano volver a repetir en la promoción de ascenso dos temporadas después. Su rival, el Somozas, tras la derrota se dejó sus opciones de pelear por el primer puesto que ahora será cosa de Ourense CF y Polvorín.
Salió muy decidido el equipo barquense, sabedor de lo mucho que se jugaba, y al primer minuto ya dio el primer aviso por medio de Morais. A los diez, de nuevo el delantero apuró un remate que detuvo el meta Aitor. Se estiró el Somozas, que avisó con un disparo de Santi Gegunde y otro de Cañi, que detuvo bien Aitor Arias, el barquense.
El Barco estaba cómodo y a los 26 minutos hizo el 1-0. Error garrafal del central ferrolano Quico que aprovecha Javi Pazos para, con frialdad, mandar la pelota a la escuadra. Partido encarrilado, pero los rojillos querían más. Y así en el minuto 35 hicieron el 2-0. Fue gracias a un centro desde la derecha, el meta Aitor evitó el primer remate, pero Andrés Calvo anduvo rápido, cazó el balón y lo mandó al fondo de la red.
Descanso con el partido de cara, pero quedaba un mundo y delante estaba un equipo con calidad en todas sus líneas y que fue líder muchas jornadas. Aún tenía mucho que decir. Y así fue.
La segunda parte fue de los visitantes. Poco a poco fueron inclinando el campo a su favor y creando ocasiones. La primera de Rubo la salvó el meta barquense con una mano prodigiosa. Lo mismo que un tiro de Manu Núñez que mandó a córner con apuros. Pero tras el saque de esquina, Rubo, con un buen testarazo puso el 2-1.
El gol dio alas a los de Marco Roca que siguieron apretando. El Barco tuvo suerte y el Somozas falta de acierto. Es el fútbol. Ni Pablo Rey, experto en faltas directas, tenía su tarde y aunque cogieron puerta, el meta Aitor evitó el tanto.
Y en el minuto 90 el éxtasis. Casi en la única llegada barquense en la segunda parte. Rodri Alonso fue presionar al portero visitante con fe y provocó un error infantil que aprovechó David Álvarez para hacer el 3-1 y llevar la felicidad a una grada que enloqueció. Eran tres puntos claves y se quedaron en casa. Ahora solo depende de ellos.
