El equipo de Pablo Pérez inició la preparación de una temporada en la que busca el play off en Primera Nacional
Se acabaron las vacaciones para el Club Voleibol Ourense. Lo de “vacaciones”, solo a medias, porque para algunas de sus jugadoras la temporada de voley playa se ha encontrado con el “stop” hace solo unos días. El que vuelve a la pista es el equipo de Primera Nacional femenina. Por delante, cuatro semanas para preparar a conciencia un curso en el que el objetivo será un viejo conocido, el play off de ascenso que la pasada temporada se escapó por muy poco.
La plantilla cuenta con dos incorporaciones. Se trata de la central Cristina, que procede del desaparecido Bruxas, así como la receptora Clara Barrios, que llega desde el voley playa. “En esas dos posiciones estábamos muy justas, por lo que estas llegadas nos vendrán muy bien”, afirma Pablo Pérez, presidente y entrenador del conjunto ourensano.
Las demás, son las mismas, las Gladys, Aída, Rebeca, Alba, Vego, Alex, Nerea Piñeiro, Patri y la central Joana, aunque esta última, con el menisco roto, pasará ahora por el quirófano y su participación no se espera hasta 2023. Tampoco faltarán nuevas canteranas, “cuatro o cinco juveniles que proceden del equipo cadete y que ya nos han ayudado y que ahora buscarán seguir ganando protagonismo”.
La competición repite con 12 equipos, aunque no idénticos protagonistas. Ya no está el Oviedo, que ascendió, ni tampoco Bruxas ni D’Elhuyar. Además, el tinerfeño Cisneros cambió de grupo. Al CVO le tocará esta temporada hacer dos viajes a Madrid (Rivas y Coslada) y llegan Emevé y Xuvenil Teis. “Son dos desplazamientos de proximidad, aunque habrá que ir a Gran Canaria”, añade Pérez.
Eso, a partir del 9 de octubre, fecha del inicio de una liga en la que “el objetivo será hacerlo un poco mejor que el año pasado, en el que nos quedamos fuera de las dos primeras plazas por muy poco. La primera vuelta será una incógnita, pero no podemos fallar para estar en el play off”, finalizó Pablo Pérez.
