El Arnoia no pudo lograr sumar nada positivo en su encuentro ante el Polvorín, aunque tocó el empate con las manos, pero se le esfumó en el minuto 98 al marcar el visitante Jorge Méndez aprovechando el último saque de esquina de un partido que ya finalizaba.
El choque no brilló por el buen juego y en esta ocasión, pese a las reducidas medidas del terreno de juego, tampoco hubo muchas ocasiones. Cierto que hubo balones colgados o pelotas largas buscando más el fallo que las combinaciones y por eso los porteros casi eran meros aficionados.
Pero en el minuto 29 llegó la primera jugada polémica. Falta que cuelga sobre el área Alfredo, el portero visitante duda en la salida y termina arrollando a Rucho. El árbitro no decretó nada, pero la jugada se llevó por delante al local Dani Lamelas, que fue expulsado en el banquillo local. Hasta el descanso poco más que un par de disparos sin mayor peligro mientras en el equipo local seguía engordando el número de tarjetas amarillas.
En la segunda parte poco cambió la decoración. Si acaso que el Arnoia se atrincheró atrás a defender el empate y el Polvorín dio un paso al frente en busca de un gol.
El Arnoia es consciente de sus limitaciones y lleva los partidos a la lucha, la brega, la pelea en cada pelota al límite y eso desespera a los rivales y también, por veces, a los colegiados. El juego se detiene cada dos por tres y fútbol se ve más bien poco. Pero cada uno utiliza sus armas o las que piensa que le pueden dar mejor rendimiento. Es lícito, aunque gustó más bien poco.
En el minuto 62 nueva jugada polémica. Falta de Dani Vázquez, que ya tenía una amarilla. El árbitro se equivoca y le saca la segunda amarilla a Civile. Se da cuenta del error y lo termina pagando Gabriel Jar, que ni siquiera estaba por allí. La jugada fue un fiel reflejo de lo que era el partido. Y en el minuto 70, más madera. Roja directa a Samu Pardo por una entrada a un rival que se llevó al vestuario también al meta suplente Borja y a la entrenadora Noelia Aparicio.
El partido no tenía ritmo y los parones eran continuos. Pero el Polvorín no perdió la fe y con un jugador más acosó la meta local. Luis Castro puso a prueba al debutante Miguel Gándara que desvió bien a córner y Leandro se topó con el poste cuando parecía que iba a marcar. El Arnoia se defendía como podía y no le llegaba el final del partido. Y cuando ya parecía que iban aguantar el chaparrón, en el minuto 98, último saque de esquina y gol de Jorge Méndez. El Arnoia se quedó sin fuerzas, sin puntos, con un rosario de tarjetas y un cabreo monumental.
