Fernando Currás jugó en el Ourense, se recorrió España y colgó las botas en un club en el que ahora forma parte del cuerpo técnico

“Estoy encantado en Melilla”

Fernando Currás es uno de los pocos futbolistas ourensanos que no dudaron en perseverar en la aventura y no regresar a casa para mantener vivo su sueño.
No titubeó pasa irse al Getafe y tampoco para recalar en el Melilla en vez de colgar las botas cerca de casa. Enamorado de su pueblo (Vilar de Ordelles), de su ciudad (Ourense) y de su club (el Ourense) pero sobre todo de su pasión y profesión. 'Estoy en el Melilla y estado encantado aquí porque me siento totalmente valorado pero soy un profesional de esto e iría a donde hiciese falta para seguir viviendo del fútbol. Me encanta entrenar y sólo pienso en seguir ligado al fútbol'.
Andrés García Tébar fue el que lo impulsó hacia los banquillos ya en Melilla y allí sigue. Ahora con muletas: 'Me rompí el talón de aquiles en un partido con los veteranos' pero infatigable: 'No pasa nada, hago algo más de trabajo con el ordenador y ya está. Esto no te impide para nada'.
Lo dice estando en un club y una ciudad incomparable con nada que conociese previamente: 'Hay que estar aquí para vivirlo. Es un ciudad muy buena y en la que estoy encantado pero es especial. Son 12 kilómetros y ya está. Por un lado tienes lo peor de Marruecos y por el otro el mar. No hay nada más'. Deportivamente también influye: 'Ahora toca apostar por la cantera, como en todas partes, y puedes seguir a todos los jugadores porque juega todo el mundo en el mismo campo'. Pero reconoce que es difícil tirar hacia arriba de un proyecto tan limitado de jugadores: 'En Melilla siempre se ha apostado mucho por el deporte. Cuando había se despilfarraba en el mundo del fútbol y ahora toca hacerlo todo desde abajo. Si en todas partes es un reto bonito y a la vez complicado aquí todavía más. Las canteras son así pero hay que comprender que el trabajo de cantera nunca es de un día para otro y eso a veces no se quiere entender'. Y añade: 'Se acabó lo de ascender a base de talonario. Ahora el fútbol es otra cosa y lo bueno es que es así en todas partes'.
Él sabe bien como se llega arriba: 'Cuando las cosas se hacen bien y con criterio llegan los resultados. En el deporte la incertidumbre es enorme pero si haces las cosas con un criterio es más fácil y eso suele ocurrir cuando no hay dinero, ahí es cuando se agudiza el ingenio'.
Ha estado en dos clubes que son referentes de cómo llegar. Primero estuvo en el Getafe: 'No me sorprende demasiado. Allí el alcalde siempre apostó muy fuerte por el club, ya entonces tenía esa pasión por el Getafe'. Luego jugó en el Alcorcón: 'Era un club que tenía muy claro que la clave era tener una buena organización y ya cuando jugué allí destacaba porque estaba muy bien organizado'.
Y confía en ver al Ourense aspirando pronto a objetivo ambiciosos: 'Lo sigo mucho. Evitar el descenso directo lo tiene ya casi seguro y para evitar la promoción depende de sí mismo y eso supone que ya tiene mucho ganado'.
Análisis desde la distancia de un futbolista de campo o de pizarra pero ourensanista y ourensano. 'Yo puedo ir sólo en verano y en Navidad, mi mujer y los niños van algo más. Melilla está muy bien pero no lo cambio por Ourense, qué por Ourense, no lo cambio por mi pueblo, Vilar de Ordelles', aunque su madre se encarga de acercarle la tierra: 'Me envía cada dos por tres cerdo. Aquí no comen cerdo pero luego lo prueban y no dejan de visitarme -bromea-'.
Todo en una ciudad en la que el coche es secundario: 'Saqué el carnet cuando fiché en el Gandía'. Le cuesta pero acaba bromeando con un carnet que 'me dijeron que fuese a un autoescuela en concreto y...' ...'unos años después vi en la tele que hablaban de ella por algunas cosas raras. No me extrañaba nada. ¿Si aprendí? El master lo hice al año siguiente en Alcorcón, que no es precisamente un pueblo'. Historias de un ourensano que tarde o temprano volverá a ser ourensanista.

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