Tras malograr un penalti, el equipo de O Ribeiro encontró a cuatro del final el premio a la constancia para ganar a un Vilariño sin gol
En el fútbol lo que importa para ganar no es sólo defender bien, sino tener las herramientas necesarias para llegar al gol, y esas las tuvo el Francelos, que superó en el ocaso del encuentro por 2-0 a un Vilariño que se desinfló al final.
El Francelos salió desde un primer momento pensando en la portería contraria, aunque durante los primeros 45 minutos solo probó entre los tres palos Fran con un potente disparo que despejó con ciertos apurtos Nacho.
En cambio, el Vilariño se dedicó a que el balón estuviese muy lejos de su portería y para eso sus defensores se emplearon como si en cada disputa del balón les fuese la vida. Pero cuando tuvo que ir a buscar los dominios de Diego, la mira de sus delanteros estaba francamente torcida.
Con mucha más decisión y empuje el Francelos comenzó a acorralar a su rival. Los desbordes de Brais y las internadas de Romario fueron constantes, a pesar de que la presencia de Ismael en ataque fue un constante cortocircuito.
El cuadro visitante, por momentos, quiso salir de la cueva, pero las apariciones de Pedro y Jack se desvanecían en las cercanías del área.
Al equipo de Alberte se le presentó la primera gran ocasión para romper el empate. Brais se fue como una exhalación buscando la portería y Joshua, que no se pudo frenar para bloquearlo, terminó derribándolo cometiendo un claro penalti. Dabarca cogió la responsabilidad de lanzarlo, pero su remate centrado lo desvió con su pie derecho el meta Nacho.
Todo hacía presumir que esta situación podría influir en el ánimo de sus compañeros y que el Vilariño pudiera sacar tajada, pero el orgullo y amor propio de los jugadores del Francelos merecían un premio mayor que una simple igualdad sin goles.
Los locales fueron muy tozudos y no bajaron los brazos. De una acción que nació por la banda derecha en el enésimo balón colgado lo aprovechó Dabarca, que entrando por el segundo palo cabeceó el balón que tras describir una parábola se coló por la escuadra del palo derecho. Era el 1-0.
El Vilariño estaba herido, muy tocado. Ni con los cambios pudo modificar el destino de un partido en el que jamás puso en aprietos al cancerbero local Diego.
La sentencia de Romario
Dos minutos después, Romario se atrevió y con un remate desde 25 metros superó la estirada de Nacho, alojando el balón junto al palo derecho y poniendo el punto y final a un triunfo necesario para un Francelos que sigue sin conocer la derrota en su feudo.
