Una fiesta a la altura de la gesta

Jerin fue el encargado oficial de descorchar el champán para el brindis.
photo_camera Jerin fue el encargado oficial de descorchar el champán para el brindis.
El pitido final desató una celebración para el recuerdo en el césped, el vestuario y la ciudad, donde los jugadores dieron rienda suelta a su alegría

El torrente de tensión dejó pasó a la oleada de felicidad cuando el colegiado pitó el final. A la fiesta del Ourense CF, contenida antes porque el fútbol es tan bonito como traicionero, ya no la pudo contener ni la vecina presa de Velle. Abrazos, confeti, mojaduras, confesiones… Todo en unos pocos metros cuadrados. Porque la “jarana” comenzó en el césped, siguió dentro del vestuario y se prolongó con una comida “y lo que surja”. Oira saludó al partido con lluvia y despidió el día oliendo a champán y pólvora. Después de meses de trabajo y contención, no era para menos. Jugadores, técnicos, empleados y directivos se ganaron con goles y paradas disfrutar de un domingo de pasión, que dejará paso a un lunes de resurrección para curar los excesos.

De la fiesta disfrutaron ellos, pero también los suyos, sus seres queridos. Los que están en las buenas pero también en las malas. También han jugado su papel en el ascenso. Y, como queda una jornada, no hay dudas de que el equipo dignificará la competición en Avilés. Un partido para jugar con seriedad y una resaca de felicidad de las que sientan bien. Será una semana para no olvidar nunca en el Ourense CF.

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