Sueños de Olimpia

O.J. Simpson, o el influjo de una estrella

O.J.Simpson salió a hombros del campo tras un memorable partido universitario.
photo_camera O.J.Simpson salió a hombros del campo tras un memorable partido universitario.

Esta semana se cumplirán 17 años de dos terrible sucesos. El 12 de junio de 1994, Nicole Brown y Ronald Goldman aparecieron salvajemente acuchillados en un apartamento de Los Ángeles. Brown era la exmujer de un mito del deporte estadounidense, el jugador de fútbol americano, Orenthal James Simpson, conocido como 'O.J.'

Los hechos, las pistas y su dudosa versión apuntaban al deportista como autor de los asesinatos. En nada ayudó que, cinco días después, pretendiese fugarse en otro terrible y esperpético episodio.

El 17 de junio, la NBC interrumpió nada menos que la final de la NBA para retransmitir en directo una patética persecución por la Interestatal 405. El Ford Bronco de color blanco de OJ Simpson era pilotado por un excompañero y amigo íntimo, Al Cowlings.

En el asiento trasero se encontraba la leyenda de la NFL, con una pistola pegada a la sien. Portaban 9.000 dólares, pasaporte, peluca y bigote postizos.

Deambulearon 80 kilómetros, perseguidos por 20 coches de policía y 9 helicópteros, ante la mirada de 95 millones de estadounidenses. Lo patético fue que muchos ciudadanos de Los Angeles saliesen a su paso, a las calles, a jalear a su ídolo, el principal acusado de un doble asesinato.

Paradoja. En el país tantas veces censurado por su racismo, una gran cantidad de personas -el 78% de los negros y el 25% de los blancos, según una encuesta del canal CBS- consideraban inocente a Simpson, no relevantes los continuos y reconocidos maltratos hacia su exmujer, blanca, y su liberación, tras un sonado juicio, una victoria por los derechos humanos.

¿La explicación? El increible influjo sobre toda una nación de un mito, una estrella, del deporte.

Terminó en la cárcel, pero no por asesinato

El juicio contra OJ Simpson de 1995 duró 11 meses y rompió muchos moldes e ideas preconcebidas sobre Estados Unidos.

Ironías de la vida. El acusado negro reunió un auténtico 'dream team' de abogados, liderados por Robert Shapiro. Entre ellos su amigo y patriarca del clan Kardashian, Robert, quien seguramente desconocía el romance entre su mujer Kris Jenner y el deportista. Todos hombres y blancos, excepto Johnnie Cochran. Simpson se gastó 10 millones de dólares en ellos. Todo era poco para salvarse de la pena capital.

Las familias de las dos víctimas contaban con una mujer fiscal, Marcia Clark y un fiscal negro, Christopher Darden. El jurado de 12 personas estuvo integrado por ocho mujeres negras, dos blancas, un hombre negro y un hispano.

Clark y Darden presentaron 488 evidencias y 54 testimonios contra O.J. Según los especialistas, su error fue presentarlo como un maltratador. Siendo cierto, no suscitó el apoyo femenino. Caló la táctica de la defensa, presentado el caso como una acusación racista, haciendo partícipes a medios de comunicación y a toda la sociedad.

El momento culminante fue cuando se pidió a Simpson ponerse los guantes con restos de sangre hallados en su casa. Con un poco de teatro, O.J. dijo que no eran de su talla. "Entonces, no es culpable", sentenció Cochran.

Un jurado benévolo no valoró los restos de sangre de las víctimas y de Simpson hallados en tres sitios diferentes. O la huella de su zapato italiano Bruno Magli, talla 12 -sólo 299 pares vendidos en EE.UU.- en un charco de sangre.

Simpson fue declarado no culpable y liberado. La sentencia evitó una revuelta popular. Curiosamente, terminó la cárcel en 2008, pero por otros motivos.

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