El Sala Ourense dice adiós a la categoría nacional cinco temporadas después y lo hizo después de una temporada desigual, muy deficiente en la primera vuelta y notable en la segunda, si bien el lastre de la mitad inicial de curso fue demasiado grande para un equipo que estuvo con vida hasta la penúltima jornada.
El técnico Kike García reconoce que “fue una temporada muy extraña y sufrida. Desde el principio, porque cuando vi la plantilla pensé que necesitaríamos mucha suerte para evitar las desgracias (lesiones, sanciones…) si queríamos lograr la permanencia. Y no hubo suerte, porque Álex se rompió el talón de Aquiles y Fidel el ligamento cruzado de la rodilla. Después, Arturo estuvo un mes y medio con el abductor a vueltas, Alli y Raúl se perdieron un mes por molestias físicas… Prácticamente todos los jugadores importantes tuvieron problemas graves o muy graves y en una plantilla tan corta eso es casi definitivo. Y eso que los juveniles cumplieron con creces, pero en esta categoría se necesita la experiencia y no la había. Estoy orgulloso del equipo, muy contento con su entrega, superando las expectativas con todos los problemas”.
Ahora, toca mirar al futuro. Lo primero será saber quién será el director del equipo desde el banquillo. Kike García está a la espera de hablar con el club ourensano.
