COPA DIPUTACIÓN

La lágrimas de Karim

Ourense. 10-06-17. Deportes. Final da copa deputación de Fútbol no Couto entre o Ourense C.F. e o Bande.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Ginzo consolando a Karim al final del partido.

El jugador del Bande pudo ser el héroe y acabó llorando con la cabeza baja en el césped sin consuelo que pudiera aliviar su llanto

La sabiduría hablaba mientras el Ourense CF y el Bande se felicitaban por la temporada y el público se sentaba: "Este lameiro é moi grande". Dos pasillos seguidos por el ascenso pontino y por el campeonato y la promoción del Bande, demasiado empalagosos pero protocolarios.

Tras media hora de juego, bueno de juego no. Tampoco de fútbol. Tras media hora donde la táctica monopolizó los comentarios había cinco futbolistas desobedientes y rebeldes. Pequeños e indómitos. Wadir y Lamelas, por parte de los pontinos, y Hugo, Karim y Jaime, por el lado del Bande. Cinco futbolistas que provocaban un estímulo, levantarse de la butaca. ¡Vivan esos locos bajitos! ¡Chapeau para esos magos! ¡Más inconformistas, por favor!

Porque en el fútbol no importa que Fran Justo utilice un concepto de trivote o Iván González apueste por la estrategia, al final lo que queda siempre es ese detalle de calidad, esa forma paranormal de llevarse el balón, ese regate que hace que le digas al de lado: "Yo jugué contra él". Y en ese guión apareció Karim. Rubio, esbelto, con hechizos para dominar a sus rivales, pero en esta final sin suerte. El fútbol está lleno de tabús y en este tedio balompédico en O Couto no se puede decir que el fútbol le debe una a Karim, tampoco a Iván que pierde su tercera final. ¡Ay, Iván! ¡Esta vez, no fue Manel!

El futbolista blanquivioleta recibió de Quini Cotarelo, solo, con espacio. Él y el portero. ¿El desenlace? Balón arriba. Al limbo la primera oportunidad clara.

Mientras el resto de futbolistas se dedicaban a cumplir el guión, a ser el reparto de un fútbol comercial, Jaime era el director de su propia película independiente. Suyo fue el pase al corazón del área, Karim corrió, vio el hueco se lanzó y ... De nuevo, otro balón arriba. Otra bala que se encasquillaba en el momento menos inesperado.

La visión cambiaba en el descanso. La sabiduría se transformaba en reflexiones banales y gente pasear con cerveza. Sin alcohol, por supuesto: "¡Qué primera parte! ¡Qué aburrimiento, por Dios!". El gran Chuchi Hidalgo blasfemaba contra una primera parte que casi hace que abandone el partido.A la tercera va la vencida. A la mierda, los tabús. Que se lo digan a Iván. También a Karim. Córner solo en el segundo palo y fuera. El "7"del Bande se marchó cabizbajo presagiando el final. Como si ya hubiera visto la película.

Unos creyeron que podían, otros veían que era suya. El Bande protestó una mano de Schuster, que pudo ser el malo y salió inmune. Se desencadenaron los jugadores del Bande con demasiada garra y esperaba el Ourense CF con la experiencia de verse campeón.

Y al final, quedó un penalti. Una carrera a la desesperada de Karim para revocar un penalti que fue una condena, un castigo del que se sintió partícipe. Lloró sin parar. Y pensó en esa frase de Manuel Preciado: "Las derrotas no engrandecen nada por desgracia, pero también uno se da cuenta de la dificultad de lo hecho hasta hoy".

Te puede interesar