El equipo dirigido por Javi Rey estrenó el nuevo alumbrado de Calabagueiros de la mejor manera posible, con una victoria en el derbi provincial
El Barco quería estrenar en sociedad su nuevo alumbrado. Y hacerlo a lo grande. Lo hizo coincidir con la fiesta del Botelo y no le fue mal, ya que ganó.
Así, la directiva valdeorresa con Nilo Ramos a la cabeza, fijó el partido para las cinco y media de la tarde. Y tal como habían previsto, la segunda mitad se jugó con una "espectacular iluminación". Aunque para poder disfrutarla hubiera que sufrir en las gradas de lo lindo porque las gélidas temperaturas que estos días está padeciendo la provincia no dieron tregua y a medida que avanzaba la noche más se notaba el frío.
Quizá por ello algunos aficionados decidieron calentarse en las gradas. Y menos más que el defensa barquense Deivis, que estaba lesionado, anduvo raudo y veloz para sujetar a un aficionado local que quería 'cantarle las cuarenta' a otro llegado desde Ourense. Al final, la sangre no llegó al río y todos se fueron para casa, sin calentarse más. Mejor así.