El modestísimo equipo coruñés, que debuta en la Tercera división, vive con Brizzola al frente una temporada tranquila

El milagro del Dorneda

Carlos Brizzola, durante un partido con el Dorneda. (Foto: DXT)
El Dorneda, rival este sábado del Ourense, está viviendo una temporada más o menos plácida a pesar de ser un recién ascendido y representar a una pequeña parroquia del Ayuntamiento de Oleiros, un pequeño pueblo de apenas tres mil habitantes.
'Teníamos confianza en la gente que se quedó y en los pocos fichajes que hicimos. No nos están yendo mal las cosas, pero con los 29 puntos que tenemos no se consigue la permanencia, hay que sacar más', subraya Carlos Brizzola, el entrenador del conjunto coruñés.

Es el del Dorneda un campo extremadamente atípico. 'Mide 90x50, es bastante más pequeño de lo habitual. Nosotros entrenamos aquí y jugamos aquí. Quiero decir que los que nos visitan pueden acortar su campo de entrenamiento para prepararse mejor. Pero ¿y nosotros, qué hacemos cada dos semanas para preparar los partidos de fuera en campos de 105x68? Porque hacerlo más grande no podemos', añade Brizzola.

'La trayectoria que estamos siguiendo es francamente buena, el Ourense no es un equipo de nuestra Liga por mucho que allí empatásemos. Está claro que aquí es difícil hacer un fútbol combinativo, aquí se trata de jugar lo más directo posible', alerta el entrenador del conjunto coruñés, exfutbolista en Primera división de equipos como Sevilla o Salamanca.

'Aquí tenemos a jugadores por 150 euros y ninguno llega a los 800', relata Brizzola, que se ve reflejado en el espejo de Luisito. 'Yo también cogí un equipo cuando iba primero, el Arteixo. José Ramón se fue con el presidente y su segundo, Ramiro, ganó los dos partidos en los que dirigió al equipo. Yo no me pude incorporar hasta después de Reyes y recuerdo que pasamos sin ganar los cinco primeros partidos. Acabamos segundos, por detrás del Cerceda. Sin embargo, los que ascendimos fuimos nosotros, en Oviedo ante más de veinte mil aficionados'.

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