El Nogueira consuma un adiós anunciado (2-5)

Brais acaba de conectar el cabezazo que iba a suponer el 1-0, ayer en Luintra.
photo_camera Brais acaba de conectar el cabezazo que iba a suponer el 1-0, ayer en Luintra.
Los ourensanos, obligados a ganar y esperar, no cumplen con la primera premisa y sucumben con estrépito ante el Porriño

No hubo opción a las cábalas, cualquier cuenta del Nogueira pasaba por sacar adelante el partido ante el Porriño Industrial. A los ocho minutos ya lo estaba haciendo, al descanso la cosa ya se había empinado de más, 1-2, al final el resultado era un sonoro 2-5. A Primera Galicia pues, la empresa era demasiado complicada. Un consuelo, hasta el último partido llegaron vivos los ourensanos. Toca pensar en el futuro, el pasado es mejor dejarlo atrás.

Nada se jugaban los pontevedreses, campeones de este grupo por la permanencia pasase lo que pasase. Se notó al principio, con el Nogueira lanzado a por el gol. La tuvo Grego, que golpeó con sutileza pero se le marchó la pelota por encima del larguero. En la segunda aproximación sí cantaron bingo, balón desde la esquina que cabecea Brais con el guardameta saliendo a por uvas. Poco después enmendó el error sacando el remate a bocajarro de Grego. Todo pintaba de color de rosa.

Cerca del descanso empezaron a torcerse las cosas, Martín Ubeira cabeceó lo que Rodri pretendió fuese un despeje pero que en realidad fue una asistencia. Pitaba el minuto 45 cuando Portas culminó una triangulación. Pachi, el portero, vio pasar el balón sin oponer resistencia.

El puerto de primera que debían coronar los locales se convirtió en de categoría especial  nada más volver de vestuarios, Iker superó al portero con un “globito” a los tres minutos del segundo tiempo. Respondió el banquillo ourensano con un doble cambio que poco arregló, Iago Nóvoa empujó en el segundo palo el que era el 1-4.

Con todo decidido recortó la desventaja Xacobo Nóvoa aún con minutos por delante. Pero con pocas fuerzas. Con una falta desde la frontal cerró el partido Portas, por el palo de Pachi, que no llegó.

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