El Ourense CF se lleva los tres puntos sin sudar ante el Villalonga

El Ourense CF ganó al Vilalonga por 3-0 con la ley el mínimo esfuerzo, o al menos eso fue lo que pareció desde la grada. Y es que cuando el Vilalonga comenzó a despertarse y darse cuenta que había venido a Ourense a jugar un partido de fútbol ya perdía por 3-0 y solo iban 14 minutos de partido.

Pero paradojas del destino, cuando la mayoría presentía una goleada de escándalo, pareció como si ambos equipos hicieran un pacto de no agresión. Y si no lo hablaron, engañaron a todos. Sobre todo la segunda parte, que sobró.

El inicio del partido de los ourensanos fue fulgurante. Al minuto, mientras algunos todavía se estaban sentando, Renan perdono el primero. Y sin tiempo para reponerse, el 1-0. Jugada ensayada que salió a la perfección: Óscar Fondevila botó un saque de esquina que Germán Novoa peinó en el primer palo y David Castro remató en el segundo, sin oposición.

Aluvión ourensanista

A los nueve minutos, el lateral izquierdo Murilo, que parecía llevar una marcha más que el resto, se fue por su banda con velocidad y calidad y le puso una pelota franca a Renan para que el brasileño hiciera el segundo para los suyos.

En pleno desenfreno de los de Fran Justo llegó el tercero a los 14 minutos. Nueva galopada de Murilo, centro medido, Renan toca hacia el punto de penalti y el defensa Alberto Rey, que no daba achicado, metió la pelota dentro de su propia portería.

Ventaja de tres goles y 75 minutos por delante para disfrutar. Pero no fue así. Los locales levantaron el pie y los visitantes lo aceptaron con resignación. Tampoco era cuestión de enfadarse, que igual la cosa terminaba en goleada de escándalo. El técnico visitante Luis Oliveira, que debutaba en el Vilalonga y que vio el partido desde la grada, no daba crédito. Fran Justo tampoco, ya que fue el partido más tranquilo que tuvo esta temporada, y no habrá muchos más así.

Así que con todo resuelto, quedaba fijarse en otros detalles. Por ejemplo, el buen partido de Murilo, que por momentos hizo olvidar a Pablo Andrade, al menos ayer. También de Martín Fuentes, el que fuera promesa del Celta, jugó ayer su primer partido y realizó un buen trabajo. Y por supuesto, el esperado debut de Iago Beceiro. Calentó en el descanso sobre el campo, en la segunda parte en la banda, y a falta de 17 minutos, saltó al verde. Lo hizo muy ansioso, queriendo hacer muchas cosas en poco tiempo. Y se fue enfadado porque no le salieron. Ya tendrá tiempo. El partido había terminado a los catorce minutos.