Santi Escudero, técnico del CN Pabellón, es una de las claves de la buena salud de la natación ourensana
Imposible no ligar el apellido Escudero a la natación en Ourense. Su padre (Pedro)da nombre a la piscina de 25 metros de Os Remedios y él es uno de los técnicos de cabecera de un club que no deja de sacar nadadores y de generar afición a un deporte exigente como el que más y con menos repercusión y recompensa que muchos otros.
Santi Escudero (Ourense, 26 de abril de 1977) es hombre de natación. Desde que gateaba. "Mis padres decían que nadaba desde siempre, antes ya de ir a los cursillos. Recuerdo ir con mi padre a la piscina desde muy pequeño. Estar haciendo el muerto o dándole a los pies en el bordillo", dice el ahora entrenador del Club Natación Pabellón. Su padre. Lo nombra constantemente: "He tratado o trato de alcanzar el nivel que él tuvo y de imitar lo que él hacía. El tiempo dirá si lo he logrado o lo lograré. Me gustó siempre seguir sus pasos y nunca he escuchado a nadie decir algo de él que no sea bueno".
La natación es su vida. Imposible saber las horas que le ha dedicado. La calculadora pierde la cuenta: "Lo máximo que he entrenado ha sido siete horas al día pero como entrenador y nadador ha habido momentos en los que he pasado 14 o 15 horas al día en el pabellón de Os Remedios". Aunque reconoce que "hay tiempo para todo si te sabes organizar".
La piscina del 'globo' fue la de sus inicios: "¿Quién no ha aprendido a nadar en Os Remedios? La piscina del globo me deja recuerdos inolvidables. Allí pasamos la infancia yo y mis amigos. Se acababa el gasoil y se cubría de niebla con lo que aprovechabas para comerle metros a los compañeros. Y luego cuando había algo de temporal el globo temblaba que parecía que se iba a caer". Y añade: "Luego en verano ya era espectacular estar en aquella piscina".
A las seis de la mañana
Muchas horas dedicándose a un deporte de máxima exigencia. Muchos madrugones: "Nos levantábamos a las cinco y cuarto de la mañana para entrenar a las seis y cuando se reformó el 'globo' teníamos que compartir los competidores la piscina de 25 metros con los usuarios del pabellón". Kilómetro y kilómetros en el agua: "A mi me gustaba mucho cantar mientras miraba la raya del fondo. Bueno, la verdad es que te daba tiempo de cantar y de pensar en muchas cosas".
Valió la pena. "Siempre tiene recompensa. Si no tienes recompensa es imposible seguir adelante cada día. Es muy difícil tirarte al agua a las seis de la mañana porque el cuerpo es muy perezoso. Pero siempre tienes recompensa. El problema es si piensas en recompensas económicas o de otro tipo que otros deportes a lo mejor te pueden dar con menos esfuerzo", asegura Escudero.
Él la tuvo y también tiene claro cual es su mejor recuerdo en la competición: "Fue el 19 de diciembre de 2001. Ese año ya había anunciado que me retiraba y que solo iba a competir en la temporada de invierno. Justo en mi última competición conseguí una medalla nacional. Hasta ese momento solo había podido estar en finales y ese año fue bronce en los 200 estilos".
El futuro
Ahora predica con el ejemplo. Exige y busca en sus nadadores lo que él ha dado. Lo que le han enseñado desde pequeño. Su club es vivero inagotable de buenos competidores. "Lo que no puedes es pretender sacar nadadores de nivel cada año porque eso es imposible pero sí tenemos claro que cada tres o cuatro años sale gente buena", explica el técnico. Y lo matiza: "¿Cuánto tiempo tardaremos en tener otra Iria Álvarez, otra Laura Pimentel u otro José Manuel Regueiro? No lo sabemos. Es complicado pero Ourense siempre ha sido buena cantera de nadadores". Y añade un detalle más: "En los años 80 los que mandaban apostaron mucho por las piscinas y esas infraestructuras son las que nos han permitido tener este nivel en la natación ourensana".
Buen tío Santi Escudero. Imposible hablar de natación y no nombrarlo. Buena genética, buenas raíces.
