Pablo Nóvoa sostiene al Polígono

Juan, del Polígono, intenta controlar el balón ante la presión de Veri y Braian, del Nogueira. (MIGUEL ÁNGEL)
photo_camera Juan, del Polígono, intenta controlar el balón ante la presión de Veri y Braian, del Nogueira. (MIGUEL ÁNGEL)
El cancerbero industrial fue la gran figura de un encuentro con claros oscuros y donde el Nogueira no pudo superar a un rival que terminó con nueve

El Polígono volvió a cosechar un empate sin goles, pero en este caso sufriendo hasta el final ante un Nogueira que no supo aprovechar la superioridad numérica al quedarse con nueve su rival y que además se estrelló con la soberbia actuación del portero Pablo Nóvoa.

Comenzó con más ímpetu el conjunto industrial, que pudo ponerse por delante pero bajo palos despejó el peligro Trigo.

El partido entró en una fase de mucho forcejeo, demasiadas imprecisiones y poca claridad para despejar las dudas en la ofensiva. El Polígono lo intentó y en una transición rápida el balón llegó a los pies de Juan, que sacó un potente remate que despejó de puños al córner el meta Borja.

Volvió a intentarlo el cuadro anfitrión, pero el cabezazo del capitán Rubén Villa encontró las seguras manos del cancerbero afilador.

El Nogueira despertó en la recta final del primer acto con dos claras oportunidades para irse al descanso en ventaja. Un gran disparo de Oliver encontró bien parado a Pablo Nóvoa realizando un gran paradón y cuatro minutos después un disparo a placer de Pablo Hermida que finalizó en na saque de esquina sin consecuencias posteriores.

La segunda parte iba a deparar muchas alternativas que pudieron darle un giro importante al encuentro, especialmente en la recta decisiva donde hubo de todo, como en botica. El Nogueira salió decidido a todo para quedarse con los tres primeros puntos. Antes del cuarto de hora, el ariete Iván Rubio se revolvió en el área con un gran tiro que despejó a medias la defensa local y cuyo remate posterior de Pablo Hermida la acabó desviando un Pablo Nóvoa que comenzaría a engrandecer su presencia para ponerle una persiana a su portería.

Los industriales buscaron con los cambios tener más oxígeno en la medular del campo, pero la incomprensible expulsión de Brayan que tras protestar una decisión arbitral, le lanzó su bota derecha  al colegiado sin que esta impactara en  Adrián Labrador que, con el discurrir del partido se fue ganando la enemistad de los industriales.

Con un jugador menos, el Nogueira seguía insistiendo, pero a la contra el Polígono intentó con Gus y Brais Feijóo darle un susto mayúsculo de Borja.

El cuadro de Toño Cerdeiro dispuso de una nítida posibilidad de romper el 0-0, pero el mano a mano lo terminó salvando una vez más Pablo Nóvoa, la figura indiscutible de la tarde en el Antonio González.

Más expulsados

El partido fue levantando temperatura y más aún tras la segunda expulsión en el cuadro industrial. La entrada a destiempo de Miguelín sobre Iván Rubio le costó al lateral la roja y dejar a los suyos con nueve hombres sobre el terreno de juego.  Ante esta sanción el entrenador Emilio Padrón tuvo que abandonar el banquillo.

Aún quedaba tela por cortar y con ese marco el Polígono no hizo más que saber aguantar la embestidas de un Nogueira que no terminaba de aclararse en los últimos metros lo que le suponía cierto alivio para los locales.

Los últimos minutos y el descuento, que fueron otros siete, no los supieron aprovechar los afiladores que terminaron lamentándose de no poder viajar hacia Luintra con la victoria en el saco. 

Dos empates e idéntica cantidad de jornadas es el balance de dos equipos que están llamados a ofrecer mejores tardes de fútbol. Que así sea.

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