Llevan año y medio juntos y ahora el confinamiento les está "regalando" un curso acelerado de convivencia. Como la mayoría, no imaginaban pasar tantas horas en familia y sin oler la calle, salvo ocasiones contadas y muy espaciadas.
Son Diego García y Zulema González. Él, portero del Ourense CF, y ella, la árbitra con más prestigio del colegio ourensano. Se conocían desde hace años, pero sin tener más relación que un "hola y adiós". Poco a poco fueron acercándose, viendo que conectaban y zas... Hace año y medio surgió el flechazo. Al hablar con ellos no hay dudas, están felices.
El 13 de marzo, hace ya más de un mes, empezaron el confinamiento en el piso en el que conviven en el barrio de O Vinteún. Y hasta hoy. Lo primero que sorprende es lo bien que están llevando una situación tan extraña e inesperada. Diego lo tiene claro, "reconozco que lo estoy llevando mucho mejor de lo que pensaba. La primera semana me pasó volando. A partir de ahí ya me costó un poco más, pero en general bien. Tenemos un piso grande, que tiene de todo y con una terraza que nos vale la vida". Zulema, más de lo mismo: "No podemos quejarnos. Tenemos una cinta, una bicicleta, pesas y una buena terraza, con que lo llevamos bien". Aunque rápido le viene a la cabeza algo que reconoce no lleva tan bien. Le duele "no poder ver a mi abuela Sabina, que tiene 90 años. La echo mucho de menos y eso que hablo con ella todos los días. Y a los perros, ante esta situación decidí llevarlos para el pueblo porque creo que allí están mejor que en el piso".
Algo parecido le pasa al guardameta: "Echo de menos a mi madre, a mi padre y a mi hermana, que trabaja en la residencia, y eso que hablo con ella muy a menudo. Aunque creo que me extrañan más ellos a mí". Esta deseando " volver a estar con los amigos y poder tomar una cerveza en una terraza y por supuesto que vuelva el fútbol", su pasión. La de ambos.
Precisamente hablando del fútbol y de su posible regreso, ninguno es muy optimistas con su vuelta. "Si te soy sincero, creo que no va a volver esta temporada, ya que con todo lo que está pasando es bastante complicado. No tengo claro como se puede garantizar la seguridad a todo el mundo. Además, en nuestro caso, aunque entrenas en casa ya llevamos mucho tiempo parado y necesitaríamos al menos tres semanas para estar en forma. No debemos de olvidarnos de que lo principal es la vida de las personas, por encima de todo lo demás".
Zulema piensa parecido: "Es muy complicado que vuelva. Sólo se oye hablar de fútbol, fútbol, que haber cuando se juega, que cuando se empieza a entrenar, pero nadie nos garantiza unas medidas de seguridad, de eso nadie habla. Yo pienso que sería muy arriesgado volver tan rápido como pretenden, sobre todo en un deporte dónde existe mucho contacto. Tendría que haber mucho protocolo, tomar muchas medidas y cambiar muchas cosas".
La pareja vivió una situación peculiar. Diego cumplió 25 años el 15 de marzo y la celebración tuvo que ser sin invitados. Zulema sopló las velas el 8 de abril, y ocurrió lo mismo. Lo festejaron solos, pero no es lo mismo, por eso tienen muy claro que cuando se pueda, habrá que hacer una nueva celebración conjunta.
Casi es obligado mencionarles el estribillo de la famosa canción "y el anillo para cuando". Al unísono dejan claro que de momento no van a pasar por el altar ya que, "aún tenemos tiempo, que somos jóvenes. Vivimos juntos, que ya fue dar un paso muy grande y estamos encantados, lo demás es un mero trámite que no va a cambiar nada por firmar un papel". ¿Niños tampoco? "Ahora mismo no es el momento, tenemos mucho lío y poco tiempo", también coinciden.
De momento sólo esperan que esta situación termine cuanto antes para poder retomar la vida que llevaban con anterioridad. Mientras, intentan seguir pasando los días "manteniéndonos muy ocupados". Por cierto, Zulema se dejó las tarjetas en el campo y por suerte para Diego aún no fue amonestado en casa. Antes, en el verde, sí.
