En los años 90, el entrenador Benito Floro sorprendía a muchos incorporando a su staff técnico la figura del psicólogo en el fútbol. El tiempo le fue dando la razón y en la actualidad parece indispensable en el deporte.
Paula Rodríguez, psicóloga deportiva, siempre tuvo una relación directa con el fútbol: "Mis hermanos juegan desde pequeños y mi padre era miembro de la directiva del Ramirás". En este equipo fue donde conoció a su esposo Alonso Méndez, actual técnico del Loñoá.
El presente la encuentra dentro del colegio de psicólogos, formando parte del grupo de formación en Emergencias Galicia. Además, "estoy como coordinadora del servicio de ayuda psicológica que se ha implementado en la Mancomunidad Terra de Celanova, para aquellas personas implicadas en el COVID-19 o se vean desbordadas por esta situación".
Paula Rodríguez pretende que no se estigmatice a la psicología como algo relacionado con la locura: "Es un término para expresar que algo no funciona. Podíamos decir que lo que no funciona sería el razonamiento, nuestra forma de pensar, que nos lleva a actuar de determinado modo o a crear pensamientos, emociones y sentimientos. Pensar y actuar en ambos sentidos se entrena, como el aspecto físico en un deportista".
La psicóloga entiende que en el plano futbolístico el jugador "pasa por muchos estados de ánimo, pero lo que más puede presentar es una elevada ansiedad, la precompetitiva o competitiva".
Puede dar la sensación de que en el mundo del fútbol el deportista puede ser egoísta, aunque Paula es categórica. "El ego de los futbolistas es el más solidario y lo que está pasando ahora nos está enseñando que en nuestra vida íbamos muy rápido, a codazos, pero ahora todo se ha parado. Nos hemos quedado un poco con nosotros mismos, pero sin estar en la zona de confort, sino con miedo, angustia, estrés y con rabia. Nos estamos dando cuenta que o nos ayudamos entre nosotros o de esta no salimos. Teníamos olvidado lo que es la solidaridad y ahora empezamos a entender que aquí el ego solo es válido cuando luchamos todos juntos contra algo malo".
Los valores
La psicóloga de Ramirás ha venido observando que el de los deportistas que "quizás sean uno de los sectores que mejor puedan llevar o más recursos tengan para afrontar esta situación que se nos está planteando. Y es gracias a los valores del deporte tantas veces nombrados, esos que nunca pueden verse en una clasificación del fin de semana. Hablo de sacrificio, constancia, compromiso, esfuerzo, solidaridad, trabajo en equipo. Para ellos, todo esto se vuelve una herramienta muy poderosa para mantener el equilibrio psicológico".
Paula Rodríguez va más allá, porque los jugadores viven en cada competición en una zona de incertidumbre. "Saben que pueden controlar lo que depende de ellos y tampoco hay tiempo para pararse a planificar, sino sigues para darle la vuelta. El deporte inculca en el aspecto mental una serie de capacidades como el autocontrol y la autoconfianza, que ahora extrapolamos a otras facetas de la vida".
A raíz de la crisis del coronavirus, las consultas con sus pacientes y deportistas las mantiene vía telemática, como las de la Mancomunidad, en las que " tengo consultas relacionadas con el insomnio, estados de ansiedad que eran previos al estado de alarma y que ahora se están acrecentando. Aún no se está viendo el verdadero resultado de la situación emocional y psicológica de esta crisis, porque estamos en modo lucha y el cerebro está concentrado y atento en lo que necesita hacer para subsistir, pero mucho me temo que lo peor vendrá después, cuando pase esto y todo lo vivido se nos venga encima, sobretodo al personal que está en primera línea de lucha".
Las opciones
Mientras vamos sorteando este duro momento, "estamos sacando lo mejor de nosotros. El ser humano tiene una capacidad para enfrentarse a estas situaciones adversas y de incertidumbre, que es uno de los puntos más fuertes de nuestra psiquis".
Según Paula Rodríguez, "cada uno tiene que buscar lo que le sienta bien. Los creyentes mediante la oración u otros que se vayan interiorizando a través de la respiración y una relajación muscular para conciliar el sueño y estar en un punto óptimo de activación. Esta situación nos ha forado a meditar con uno mismo, lo malo que la gente no está muy acostumbrada".
La psicóloga profundizó un poco más sobre cómo aceptar el presente que nos toca transitar: "Todos somos vulnerables y tenemos que aprender a convivir con esto. Si no lo aceptamos y esperamos volver a la rutina... Creo que las cosas van a cambiar, pero no será de un día para otro. Para ello hay que entrenar nuestra capacidad de adaptación".
Recuerda Paula Rodríguez que no podemos anticipar situaciones si de algún modo no las hemos planificado "a través de la mente los escenarios que me voy a encontrar. Esta técnica la aplica mi marido y le ha ayudado muchísimo en su trabajo como entrenador".
La psicóloga está convencida que "muchas veces nos alienamos y pensamos que somos nuestros pensamientos. Si pienso en lo negativo, mis emociones y sentimientos van a estar desbordados y actuaré de manera más impulsiva, menos racional".
Toca seguir luchando y aquí el aspecto psicológico es primordial.
