Tarde gris en el Municipal de Oira, en la que el líder de la competición, que contaba con cinco caras nuevas en su 11 titular, no pudo alcanzar su mejor versión. El partido se presentaba vistoso entre la UD Ourense y el CD Lugo B, dos equipos que se caracterizan por intentar jugar la pelota, pero defraudó en el primer acto, donde apenas inquietaron la meta contraria haciendo de la imprecisión bandera.
La monotonía y el tedio solamente la rompían una afición local incasable animando a los suyos y dos acercamientos por cada equipo. Mario Álvarez abría el terreno de las hostilidades desde la frontal para los visitantes, a la que respondía en el minuto 20 Alex Rey, con un tiro que se iba por muy poco por encima del larguero. A la media hora era Samu Pardo, que estrenaba titularidad, el que disparaba cruzado a las manos del portero. En el 38, el último acercamiento del primer acto era lucense.
La segunda parte fue distinta ya desde el principio, y lo fue porque Jorge González acertó para los lucenses al primer intento, de tiro cruzado al palo largo del también debutante en el arco rojillo Martín, que nada podía hacer para impedir que se convirtiera en el 0-1. El equipo de Jorge de Dios, que en el descanso había introducido tres cambios dando entrada a Pablo Corzo, Parrilla y Antón, veía cómo tenía que remar contracorriente.
La rápida reacción de los locales con un juego más directo, fruto más del corazón que de la cabeza, no se hizo esperar y Luismi tuvo en sus botas la igualada, que repelía un acertado Brais, La ampliación en el marcador pudo llegar en el 58, cuando Jorge González se plantaba solo ante Martín y no podía convertir su doblete particular porque la rápida intervención del joven portero rojillo lo impidió. El que avisa no es traidor y a la segunda fue la vencida. Internada por la izquierda de Usama, que gana en velocidad a la defensa y bate a Martín por bajo: 0-2.
Lejos de bajar los brazos, los locales cargaron la batería de las ganas y se volcaron en ataque. Fruto de ello llegaría el 1-2 en el minuto 71, obra de Parrilla, que cabeceaba a la red un saque de esquina.
La operación remontada seguiría en el 82 por medio de Yelco, que disparaba alto y ayudaba aún más a convertir Oira en una caldera.
Lo mejor quedaba para un epílogo con 8 minutos de descuento por delante. Sobraron tres. El líder volcado encontraba recompensa y empate en un centro al área que la afición empujó personificada en Puime de cabeza: 2-2. Aún hubo tiempo para que los lucenses tuvieran la victoria en otro cabezazo. El resultado ya no se movió.
